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Gobierno uruguayo = derecha Neoliberal

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Mensaje  dayrdan Sáb Nov 01, 2008 1:00 pm

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Izquierda revolucionaria: miradas rurales
No hay una “nueva izquierda” en el Gobierno uruguayo: hay una derecha liberal con nuevo nombre
Gonzalo Abella (Revista Desacato) | Para Kaos en la Red | 31-10-2008 |
www.kaosenlared.net/noticia/izquierda-revolucionaria-miradas-rurales 1

Pero los grandes postulados que convocaron a la lucha revolucionaria de los pueblos en el sigLo XX siguen vigentes. Los postulados revolucionarios no sólo siguen vigentes: se vuelven cada vez más urgentes. La fase imperialista del capitalismo mundial, manteniendo sus rasgos básicos, ha entrado en la etapa del saqueo ambiental más feroz. La penuria de las grandes mayorías mundiales ha llegado a límites inauditos. 2 El tema de la tierra sigue siendo una divisoria clave en nuestros países dependientes. Agrupa al imperio y sus servidores, por un lado, y convoca la lucha de liberación de los pueblos por el otro. A este tema dedicaremos un número especial de “Cuadernos...” pero por ahora recordemos que en nuestro país el latifundio extranjerizado (y protegido por tratados internacionales de protección de inversiones) es la base del saqueo y de la entrega del patrimonio popular. La tierra es un tema central en un país intervenido económica y militarmente, país que los Amos del Mundo han programado como enclave maderero para el papel suntuario y para el necro combustible. La decisión de los Amos del Mundo de destruir la tierra y el agua en el Uruguay cumple además con un objetivo militar: reducir nuestras posibilidades de aportar alimentos naturales y agua dulce a un proceso de liberación continental. En la medida que la gente es expulsada del campo aumentan las posibilidades de convertir parte del suelo en depósito de las basuras contaminantes provenientes de las zonas francas y del mundo exterior. Y en la medida que se imponen los megabasureros, la gente de campo se va más rápidamente a vivir en los tugurios urbanos. 3 Estamos en un continente en revolución y confiamos que el pueblo oriental estará a la altura de su misión histórica. O cumplimos nuestra cuota como sepultureros del capitalismo o sucumbimos como pueblo. La izquierda revolucionaria está renaciendo, todavía fragmentada pero rejuvenecida, y acelera el pulso para palpitar al ritmo continental. Lucha de clases, memoria de raíces multiculturales, conciencia de Patria Grande y de Humanidad combatiente: he ahí los conceptos que permiten que el camino vaya aclarándose. Pero aquí debemos limitarnos a determinados elementos de diagnóstico. 4 Larry Lohman escribió recientemente un voluminoso libro (1) donde demuestra la falsedad del argumento de que los monocultivos de árboles que nos invaden oxigenan el planeta. Demuestra que en realidad estos monocultivos aumentan el recalentamiento global, porque además de destruir la Biodiversidad anterior y envenenar el suelo no se plantan para quedarse: son alimento para chimeneas contaminantes. En la página 56 de su libro Lohman recuerda además la célebre reflexión de su tocayo Larry Summers, del Banco Mundial: “The economic logic of dumping a load of toxic waste in the lowest wage countries is impeccable, and we should face up to it…underpopulated countries in Africa are vastly underpolluted” (O sea: contaminemos con basura los países pobres, como los de África, todavía poco poblados y poco contaminados). Al argumento de Summers citado por Lohman aquí, el propio Summers ha añadido otro aún más célebre: los países contaminables son aquellos donde la gente muere joven y donde el cáncer no tendrá tiempo de hacer tantos estragos. 5 La izquierda revolucionaria debe entender en profundidad la tragedia de la tierra ocupada por las trasnacionales. Deberá para ello: a) estar al día con los datos que aporta la minoría académica universitaria que no se vende y b) al mismo tiempo debe aprender del diagnóstico precoz que hace la gente sencilla y sabia que vive en el campo y del campo. Ya en 1996 la o­nG “Redes-Amigos de la Tierra” publicó un libro (2) donde un grupo de académicos expresaba su preocupación por la expansión desmedida del modelo forestal. Empezaba a vislumbrarse por entonces el destino de enclave maderero que el Banco Mundial nos preparaba con la secreta complicidad (ahora lo sabemos) de la cúpula política del Gobierno y de la oposición parlamentaria. Recuérdese que aún no había saltado al conocimiento público el proyecto de plantas de celulosa ni de necrocombustible como destino para la madera en expansión. Pero ya en ese libro, en la página 68, un grupo de académicos no domesticados advierten: “La Ley Forestal de 1990 es el fundamento legal del plan…que satisface la demanda de productos desde el exterior. La misma se financia con capitales que llegan desde el exterior y la producción está totalmente destinada al mercado externo. Sin embargo los ingresos de divisas no parecen guardar relación con los costos ambientales: costos de desarticulación social, de infraestructura para la cosecha de madera etc. De todas formas el plan de convertir al Uruguay en país forestal sigue contando con financiamiento, propaganda, acciones concretas e incluso una ideología que lo sustenta.” Más allá del lenguaje prudente, el libro nos advertía que la máquina de destrucción del país (el plan para el aniquilamiento de toda posibilidad de un futuro sustentable para su pueblo) ya estaba en plena marcha. Y poco más adelante (página 69) estos científicos concluían: “La ley forestal cumple dos objetivos. Por un lado generar las condiciones para que el Uruguay se transforme en una factoría proveedora de madera barata, y por otro constituir una base de apoyo financiero a los grandes propietarios de tierras, o de las zonas cercanas, con aumento de los precios de la tierra como consecuencia del aumento de la demanda de tierras.” Hay otro trabajo que deseo citar. Es del año 2004 y lleva la firma de los científicos uruguayos Achkar, Domínguez y Pesce.(3). Revisa el estado ambiental de nuestros ríos, cuenca por cuenca, y describe el desastre ambiental que amenaza a nuestro país. En relación a la cuenca del Río Santa Lucía, que provee de agua a toda el área metropolitana, estos investigadores dicen en la página 129: “los ecosistemas degradados en la cuenca son las praderas, los humedales y los montes naturales. Las principales causas son la tala indiscriminada del monte nativo…. Y la implantación de sistemas forestales en régimen de monocultivo que sustituyen territorialmente los ecosistemas nativos." 6 Ahora todo cambió… para peor. Hoy (2008) como sabemos, el gobierno del Dr. Vázquez ha permitido la instalación de siete super plantas de celulosa, una de las cuales ya funciona pese a la resistencia heroica del pueblo de Gualeguaychú. La soja transgénica se expande, se planifican megabasurales tóxicos, y los monocultivos forestales norteamericanos en nuestro Norte controlan gran parte de los departamentos de Tacuarembó y Riberas del Cuñapirú. Hermosas praderas aún no contaminadas de Cerro Largo ya están compradas por las forestales gringas, que permiten su uso ganadero provisional mediante contratos de arrendamiento a término con sus antiguos propietarios. Al postergar algunas plantaciones en el tiempo se busca que la gente no perciba de golpe que estamos pasando de un millón y medio de hectáreas ya forestadas a los ocho millones como mínimo que están previstas en cinco años… ¡alterando así irreversiblemente toda nuestra superficie fértil que llega a dieciocho millones! Advirtamos que ya, con un millón y medio de hectáreas en monocultivo, los impactos son terribles. La densidad de las plantaciones (palos genéticamente modificados, verdaderas máquinas de succión de agua en profundidad, casi sin follaje y sin espacio entre ellos) ha alterado el equilibrio ecológico, secado los pozos, aumentado todo tipo de plagas y envenenado superficies inmensas. El latifundio ganadero, símbolo de la injusticia social, al menos preservaba la Biodiversidad. El latifundio sojero envenena la naturaleza. El latifundio forestal extranjero, amparado por leyes de protección de inversiones extranjeras, destruye irreversiblemente todo. 7 La mirada rural de la izquierda revolucionaria presenta un problema: la mayor parte de nuestro pueblo combatiente, con posiciones clasistas, es urbano. Rechaza las trasnacionales, pero no ve muchas diferencias estratégicas entre latifundios ganaderos o forestales. Necesitamos ojos rurales que nos cuenten con las sencillas palabras del laburante, la tragedia que se nos viene, que incluye la próxima penuria de agua en Montevideo. Quizás esta sea una tarea esencial para la alianza obrero-campesina. La organización obrera y estudiantil que forja los embriones de la organización política de la izquierda revolucionaria necesita una mirada campesina a la tierra. El proletariado necesita no sólo la fuerza campesina, como en la Europa de cien años atrás: ahora necesita también su mirada. Los obreros bolcheviques de 1917 tenían mayoritariamente a sus padres en zonas rurales; recordaban una infancia de cosechas y penurias. Sabían de qué se trataba cuando respondían al llamado de la lucha por la tierra. Ahora muchos trabajadores urbanos no conocen la tierra, pero la Revolución Agraria sigue siendo una fase inevitable, previa, de toda emancipación nacional y de clase. Soslayamos aquí los cambios de los últimos tiempos en la composición social del proletariado; no analizamos la lucha interna de burócratas y luchadores sociales en el seno de la clase obrera. Tampoco es objeto de este análisis la diversidad de los sectores “campesinos” que quedan en el Uruguay. 8 Por largos y permanentes recorridos por las zonas rurales, especialmente del Norte y Nordeste del país, puedo afirmar que prácticamente la totalidad de nuestra gente que vive en el campo (o que lo abandonó recientemente) es contraria al monocultivo forestal, lo aborrece y está dispuesto a luchar contra él. Pero los peones rurales y los pequeños y medianos productores ganaderos, apicultores, chacareros, etc. que todavía nos quedan, no encuentran niveles de organización adecuados para resistir. Del otro lado hay muchos jóvenes de centros poblados a quienes la forestación les da por ahora un trabajo más o menos estable. Hoy están demasiado ocupados pagando su motociclo en cuotas para pensar críticamente; pero eso va a cambiar. A su apatía política se suma la de los trabajadores que siguen vinculados a las superplantas de celulosa y/o a la cúpula de la Central Obrera vinculada al Gobierno del Dr. Vázquez. Los pequeños y medianos productores rurales, que advierten lúcidamente la catástrofe que los amenaza, se están agrupando por zonas y van a tomar medidas cada vez más decididas. El 15 y 16 de Diciembre de 2007 en Tacuarembó tuvo lugar la II Reunión de la Regional Contra la Forestación y las Plantas de Celulosa, que convocó a representantes de la Asamblea de Gualeguaychú, de otras zonas de Entre Ríos, de Misiones y Buenos Aires y a productores organizados de seis departamentos orientales. Las o­nGs uruguayas, que dan un apoyo crítico a estas reivindicaciones, se retiraron prudentemente para no manifestar por las calles de Tacuarembó junto a la Asamblea de Gualeguaychú que está bloqueando la ruta cerca del puente internacional. 9 Para historiar el crecimiento de las luchas por la tierra en los últimos meses de 2007 vale la pena revisar la prensa del interior. Tomemos un semanario de Tacuarembó: “Acción informativa”. Por ser un periódico departamental no se centra en las ocupaciones de tierra de Bella Unión ni en las luchas de Soriano o Colonia, ni analiza el nefasto proyecto sucroalcoholero de ANCAP; pero veamos algunas líneas de su nro. 135 (Sept. de 2007) en la Pág. 5: “Última advertencia por la tierra. El domingo 9 de septiembre en función del día lunes 10 de septiembre que se conmemoraba el día que se dictó el Reglamento de Tierras por parte de José Artigas en 1815, el Movimiento del mismo nombre realizó una toma de la estancia La Lata en forma simbólica. En la mañana un puñado de personas se encontraron en la plaza 19 de abril y leyeron una proclama que se centró en la situación del país, tanto en la extranjerización de la tierra como con la industria vinculada a la producción agraria en toda la cadena. También en la pérdida de soberanía en general y en la reivindicación del afincamiento de la gente en el campo, (…) como una forma de soberanía sobre el territorio” El mismo día se trasladaron a la estancia La Lata, de 2000 hectáreas. (…)El Movimiento10 de Septiembre considera que estas tierras están mal adjudicadas y las reclama para trabajar…” 10 Las coyunturas irán cambiando. Más cerca de la campaña electoral el Gobierno del Dr. Vázquez hará minúsculas concesiones de tierras a cooperativas y pequeños colonos, pero la tendencia a la concentración de la tierra en pocas manos y hacia el enclave maderero seguirá inexorablemente su curso, como todas las políticas públicas de sometimiento a los designios militares y económicos del imperio. En el partido de Gobierno es ya imposible una vuelta de timón que no sea solamente maquillaje demagógico. Pero la tendencia general (no exenta de contradicciones, de idas y vueltas, de pequeñas claudicaciones y grandes saltos adelante) es el crecimiento de la conciencia agraria y la perspectiva de consolidación de un frente programático obrero, campesino y estudiantil. Desde luego que esto se da en el marco de un acentuado éxodo rural y de una sangría permanente de jóvenes con capacitación académica que se van del país; pero también el exilio económico deberá organizarse y jugar su papel en los nuevos avances de la izquierda revolucionaria. Represión y lucha es el pronóstico. Un Continente esperanzado nos está mirando.

* Gonzalo Abella es Profesor e historiador, militante histórico de la izquierda uruguaya. Notas 1) LOHMAN, Larry: “Carbon Trading”. What Next, Dag Hammarskjöld Centre, Sweden, Sept. 2006 2) COLECTIVO DE AUTORES: “Uruguay sustentable- una propuesta ciudadana” Redes-Amigos de la Tierra, Montevideo, 1996 3) ACHKAR y OTROS: “”Diagnóstico Socioambiental Participativo en Uruguay” El Tomate Verde Ediciones, Montevideo, 2004

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