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¿No han pensado en vender papel que no sea blanco?”

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Mensaje  dayrdan Mar Mayo 12, 2009 8:31 pm

¿Qué responderemos cuando nos pidan Huemules a la parmesana?

Y si lo más contaminante es el blanqueo de la celulosa… ¿no han pensado en vender papel que no sea blanco?
Martes 12 de Mayo del 2009
Por Patricio Segura Ortiz Periodista



Conversando al aire un día con un periodista de Coyhaique, en una entrevista radial sobre sostenibilidad, recordé que a pesar de estar inmersos en una sociedad que ensalza al mercado como medida de todas las cosas y donde se nos intenta convencer de que las transacciones en éste son neutrales, el acto de comprar y contratar seguía siendo una decisión ética. Es decir, cada uno es corresponsable, siempre que cuente con la información, de los impactos sociales y ambientales del bien o servicio adquirido, o de lo que hace o deja de hacer la empresa o intermediario a quien apoya con su preferencia. Colaborador, cuando los efectos son positivos. Cómplice, cuando son negativos.


Al decir esto, el colega contraargumentó con la justificación que muchos blanden ante la posibilidad de incluir en la decisión de compra variables distintas a la calidad o el precio, como por ejemplo la coherencia con valores o principios propios. Expresó mi amigo periodista que lo planteado estaba bien en el papel, pero que la mayoría de la gente no podía darse el lujo de elegir más allá del costo específico de un producto.

La verdad es que esa explicación la he escuchado mucho, quizás demasiado. Desde encumbrados economistas hasta pragmáticos políticos, pasando por comprometidos dirigentes de base. A pesar de este supuesto consenso, no la comparto a plenitud. No porque no existan personas para quienes 100 pesos de diferencia entre un papel higiénico que cumple con sus estándares de responsabilidad social y ambiental y uno que no, signifique un tema relevante. Sino porque según estadísticas oficiales el porcentaje de la población que está en este nivel de carencia y no tiene otra opción no es mayoritario, es de sólo un 14 por ciento.

La clase media en general y los profesionales como nosotros” dije en la ocasión “sí podemos optar entre unas y otras alternativas. Y muchas veces podemos asumir el costo. Es una patudez colgarse de la necesidad de quienes no tienen otra opción con el fin de justificar la desidia e inconsecuencia al votar en nuestro rol de consumidores, que es lo que hacemos, en la práctica, cuando compramos”.

Recordé en la ocasión cuando hace algunos años, en 2006, viajé hasta Valdivia para entrevistar al -en ese entonces- gerente de Asuntos Públicos de la Planta Celco Valdivia, Angelo Romano, quien luego de explicar todo el proceso de elaboración del papel me aclara que la etapa que mayores problemas ambientales ocasiona es la del blanqueo de la pulpa de celulosa, con cloro y otros elementos químicos, proceso que origina residuos industriales líquidos, entre ellos el licor negro, compuesto en que queda la lignina que le da el color oscuro a los árboles y a las plantas. Al verter este elemento en los ríos se producen impactos en las fuentes acuáticas, con los problemas por todos conocidos.

Ante su explicación, mi pregunta lógica fue: “Y si lo más contaminante es el blanqueo de la celulosa… ¿no han pensado en vender papel que no sea blanco?” Su respuesta fue rotunda… “Estás loco… el mercado así lo pide”. Y volvió a la carga… “¿Acaso tú comprarías un papel que no fuera blanco”. Como simple ciudadano le respondí: “Sí, si me demuestran que con eso se evitan problemas en las comunidades y ecosistemas como los que vimos en Valdivia, el río Cruces y el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter con Celco”.

El mercado lo pide. Ironicemos: ¿Si el mercado internacional está dispuesto a pagar altas sumas de dinero, generando riqueza económica nunca antes vista en Aysén, por huemules a la parmesana como hoy pide destrucción de ríos y alto impacto en comunidades, le daremos huemules a la parmesana porque es su requerimiento, porque nos permitirá crecer y aumentar el producto interno bruto? ¿Si una empresa se quiere instalar en Chile a extraer la arena de nuestras playas, incluida Reñaca, La Serena, Iquique, porque se vende en Japón para porcelana tendremos que aplaudir sin preguntarnos si es eso lo que realmente queremos, e incluso si afecta la economía local?

Éstas son algunas de las discusiones que debemos tener como país. Éstas son algunas de las discusiones necesarias, estemos en Santiago, en Coyhaique o en Caleta Tortel. Porque mientras no asumamos que cada acción nuestra genera efectos en otros y otras, y que es por esto una decisión ética, seguiremos siendo cómplices de la realidad que muchas veces decimos querer cambiar.

dayrdan

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