LA TUPAC AMARU
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LA TUPAC AMARU
ABISMO CULTURAL Y NUEVAS RELACIONES DE PODER
De remate
La insólita denuncia del senador Morales contra Milagro Sala, de
quien acaba de descubrir que es mafiosa y vinculada con la droga.
Exasperación por el crecimiento de formas de organización popular que
acaban con el clientelismo y la marginalidad, mientras se definen
nuevas relaciones de poder, en el Congreso, en los partidos, en el
mundo sindical, en su relación con las empresas y en los contextos
regional y global.
Por Horacio Verbitsky
Gerardo Morales con Milagro Sala, poco antes de descubrir que era una mafiosa
que andaba en la droga. Abajo: La AGN constató que las cuentas de la
Túpac Amaru están en orden.
Gerardo Morales dice Tupac Amarú, como pronunciaban
los colonizadores españoles. Así lo aprendieron desde hace siglo y
medio los niños porteños en las escuelas públicas del positivismo
encargadas con el Ejército y su servicio obligatorio de homogeneizar a
la inmigración europea. Milagro Sala y sus compañeros en la
organización social autogestionaria más extensa y original del país
dicen Túpac Amaru, como los aymaras y el mundo andino. La desavenencia
lingüística proviene de un abismo cultural (Milagro Sala dice que antes
que argentina es americana y reivindica la historia anterior a la
llegada de Colón), con componentes sociales, económicos y políticos.
Sus ecos se amplifican en este momento de transición de la escena
nacional, cuando se definen nuevas relaciones de poder, en las cámaras
del Congreso Nacional, en los partidos políticos, en el mundo sindical,
en su relación con las empresas y en los contextos regional y global.
Cazador sin presa
La aprobación por amplia mayoría de varias leyes importantes, entre ellas
la de comunicación audiovisual, ha exasperado a las fuerzas de
oposición que no consiguen someter a una fuerza que luego del mediocre
resultado en las elecciones de medio término no ha perdido la voluntad
política ni la capacidad de concretarla. “Son como un cazador
desconcertado porque no encuentra la presa herida allí donde la vio
caer”, dice un dirigente sindical de relación ambivalente con el
gobierno. Morales y su principal aliada, Elisa Carrió, están entre los
más exaltados, por razones que además se vinculan con la interna del
tronco radical y sus adherencias. La noche del 28 de junio, con el
ingenio publicitario de la chaqueña, clamaron victoria, una hipótesis
poco compartida. Esta semana la UCR elegirá a su nuevo presidente.
Morales no está en condiciones estatutarias de ser reelecto, pero no ha
perdido la esperanza de forzar una reforma para permitirlo. Carrió aún
no puede ocultar la frustración por su tercer puesto porteño. Sonríe,
guiña el ojo, ironiza que no puede hablar del 2011, que les pregunten a
los que ganaron. Pero cree que, con su ayuda, Morales sería mejor
candidato que el vicepresidente Julio Cobos, lo cual mide la
devaluación de ese espacio. Su pulsión primordial es aniquilar a
Kirchner, la secundaria, destruir a Cobos. Cuadrar ese círculo de
fobias es tan difícil como sostener que la Túpac Amaru es una fuerza de
choque kirchnerista y que Quebracho la apoya. Cuando Morales y María
Eugenia Estenssoro hablaban en el Senado de grupos armados y Oscar
Castillo comparaba la situación argentina con la de la Italia de
preguerra, el rostro del presidente de la bancada radical, Ernesto
Sanz, la alternativa de Cobos a la reelección de Morales era elocuente.
La armonía no es mayor entre los miembros de Unión-Pro, donde tanto
Francisco De Narváez como Maurizio Macri y Felipe Solá aspiran al mismo
cetro. (De Narváez también apuesta al Uruguay, donde aportó recursos a
la campaña del Menem oriental, Luis Lacalle, para las pegatinas Muji-K
y las de las Brigadas Bolivarianas, la contratación como asesor del
ecuatoriano Jaime Durán Barba y la movilización del partido blanco en
Buenos Aires). Para terminar de complicarlos apareció el ex senador
Eduardo Duhalde, con su eterno know-how del empujón y sus siempre bien
dispuestos socios del Episcopado Católico, que anhelan recuperar la
centralidad que Duhalde les dio en 2001 para el derrumbe del gobierno
corrupto y violento de Fernando De la Rúa y la resignación ante la
brutal transferencia de ingresos consumada en días. El dirigente
patronal agropecuario Eduardo Buzzi, en ruta hacia Luján con una Virgen
y un estandarte del Sagrado Corazón e invocando ante Clarín “un clima
enrarecido, como el del segundo semestre del 2001, de salida de la
convertibilidad”, señalan el sendero. La Túpac Amaru es un fantasma que
todos ellos agitan, con múltiples propósitos: atacar al kirchnerismo
que le ayudó a consolidarse como expresión territorial e ideológica,
abortar el crecimiento de una forma de organización social sólida y
viable, generar una imagen de inestabilidad y violencia al que pueda
atribuírsele cualquier hecho desestabilizador y forzar al gobierno a
renunciar a uno de los pilares de su política: la decisión de no
reprimir a las organizaciones sociales que lo diferencia de Menem,
Duhalde y De la Rúa.
Ni puentes ni rutas
El abismo cultural cifrado en la acentuación de dos palabras explica que
la imprecisa denuncia de Morales haya encontrado inmediato eco en su
colega justicialista de Guillermo Jenefes. No hay duda que Morales fue
víctima de una alevosa agresión, como antes lo había sido el diputado
kirchnerista Agustín Rossi: le arrojaron huevos y útiles de oficina en
San Salvador. Pero nada tuvieron que ver la Túpac Amaru ni el gobierno
nacional. Milagro Sala estaba a 35 kilómetros de distancia, de lo que
ofreció quinientos testigos. El escrache fue obra de la Organización
Libertad, que comparte con la Túpac Amaru una red de organización
sociales, así como los industriales metalúrgicos se sientan en la UIA
con los aceiteros y los fabricantes de neumáticos y todos reciben
beneficios promocionales del Estado. La misma organización ya había
escrachado en marzo a Morales, durante una visita a Purmamarca. Lo
acusaban de favorecer la construcción de hoteles de lujo para el
turismo internacional en tierras de las comunidades aborígenes. El
pedido de informes de Morales que el Senado aprobó esta semana menciona
con encomiable sinceridad que la Túpac Amaru tiene tal poder que
instaló en la agenda pública provincial “la ley de reforma edilicia,
aún con la negativa del entonces gobernador y de las organizaciones de
profesionales del sector”. En una involuntaria alabanza, Morales se
quejó porque ese poder “es una suerte de contrapeso relativo de los
poderes económicos, en la práctica política” y “los gobernadores apelan
a los reclamos sociales como excusa para negociar mejor frente a los
actores más influyentes de la política local”. Morales sostuvo que “la
gente quiere cobrar su derecho pero no quiere cortar rutas o puentes”.
Milagro Sala respondió que la Túpac Amaru respeta a quienes cortan
rutas, pero no lo hace porque perju- dica a terceros. En cambio
manifiesta frente a las sedes gubernativas.
Bipartidismo sui generis
Como el cordobés Roberto Urquía, Jenefes también ingresó a la política a
partir de su poderío económico. Opuesta sería la situación de Morales,
si se probaran las acusaciones que la Túpac Amaru le formuló esta
semana en la conferencia de prensa frente al Congreso. Según el
documento entregado por la organización, cuando comenzó su carrera
política Morales sólo tenía una casita. Ahora poseería con testaferros
el hotel Panorama, en Belgrano y Patricias Argentinas, de San Salvador,
dos edificios en construcción en las calles Güemes e Independencia,
varios departamentos y terrenos, en Jujuy y Córdoba, plantaciones de
soja en Santiago del Estero, una financiera en Buenos Aires y una FM
trucha que recibe un subsidio de 1,5 millones de pesos al año del
gobierno provincial. También negocia “quedarse con parte de las tierras
del ingenio azucarero en quiebra La Esperanza”, dijeron. Ante una
publicación de esta columna Morales dijo que no producía soja, ni en
forma directa ni a través de otra persona. Pero no negó que su hermano
fuera titular de inversiones en esa actividad. Jenefes y Morales
recorren el mismo camino en dirección opuesta, pero en cualquier caso
la política y los negocios forman una trama de intereses, que se ponen
incandescentes ante cualquier intento de transformación. La semana
pasada, Morales dijo que también Jenefes había sido agredido por la
diabólica organización, a la que llamó mafiosa, vinculada con la droga
y temida por el gobernador Walter Barrionuevo. Agregó que muchos
dirigentes del Partido Justicialista y de la Unión Cívica Radical “no
estamos dispuestos a soportar lo que está pasando en Jujuy”. Jenefes
asintió y dijo que había sido agredido cinco veces por la Túpac Amaru.
Su íncubo es la radio de frecuencia experimental Túpac, autorizada por
el COMFER, a la que siente como una amenaza para el multimedios
familiar, que conforman el Canal 7 de televisión, la radio AM Visión en
San Salvador y dos radios FM, en Perico y Libertador. Así se lo explicó
a sus compañeros de bloque cuando se trataba la ley audiovisual.
También es propietario del Hotel y Casino Howard Johnson Plaza y de una
mansión de estilo feudal en Guerrero, que los pueblos originarios
reclaman como propia. A comienzos de este año Milagro Sala denunció que
Jenefes había desmontado más de mil hectáreas de bosques nativos en la
finca Real de los Toros, en Palma Sola, con una autorización especial,
que la Túpac Amaru objetó en la Legislatura jujeña. Su hermano Sergio
fue designado ministro del Superior Tribunal de Justicia, como parte de
un acuerdo con Morales, pese a que la CTA y los organismos defensores
de los derechos humanos recordaron su actuación como subsecretario de
Desarrollo Social durante la dictadura. Morales también dijo en el
Senado que la Túpac Amaru “tiene empresa de transporte” y “se quiere
meter en barrido y limpieza y ha comprado maquinarias”. Su colega
Beatriz Fellner, hermana del ex gobernador jujeño, preguntó si estaba
mal que los pobres se organizaran y quisieran “entrar en el negocio” de
la recolección de basura y el transporte “o siempre tiene que quedar en
determinadas manos y que los pobres solamente reciban un sueldo”. El
problema de fondo es que los tupaqueros no lo ven como un negocio.
Rendición de cuentas
Otro capítulo de la diatriba de Morales fue que la Túpac Amaru no rendía
cuentas de los fondos que recibía. Dijo que a su pedido la Auditoría
General de la Nación envió dos auditores “y los sacaron corriendo”,
igual que a los de la provincia y los del municipio. Cuando lo
escracharon estaba con el Auditor General de la Nación, el también
radical Leandro Despouy, un destacado defensor de los derechos humanos
en el exilio durante la dictadura militar y hoy relator de Naciones
Unidas sobre la independencia de jueces y abogados. Consultado para
esta nota, Despouy no confirmó la denuncia de Morales. “Al principio la
organización no quería ser auditada, pero después accedieron, cuando
les explicaron qué información buscaban. Aparentemente la información
que se buscaba se obtuvo”, dijo. Explicó que la auditoría no comprendió
sólo Jujuy o la Túpac Amaru sino que forma parte de un relevamiento en
todas las provincias, cuyo resultado estaría listo en dos o tres meses.
“No estamos contra los planes sociales”, aclaró. La Túpac Amaru envió a
este diario copia de actas levantadas por los auditores de la AGN,
Alberto Garré y Elvira Muñoz. Un acta dice que a pedido de los
municipios de Santa Clara y El Piquete las obras fueron construidas por
desocupados de la zona que no tenían planes sociales, con 32 operarios
en lugar de 16, para dar trabajo “a mayor cantidad de gente”, constata
que la factura corresponde al personal afectado a la obra, que todos
han sido asegurados, adjunta las facturas de compra de materiales e
informa que la obra está terminada, “no obstante quedar un saldo
impago”. En su respuesta a Morales desde las puertas del Congreso, la
Túpac Amaru explicó que construía mil viviendas sociales al año, dentro
del programa federal de emergencia habitacional. El ministerio federal
de Planificación gira los fondos al Instituto Provincial de Vivienda,
que a su vez los remite al Municipio. Recién en esa instancia, la
municipalidad paga a la cooperativa de desocupados, en seis cuotas,
contra certificación del avance de la obra por el Instituto Provincial.
De los 15 mil cooperativistas de Jujuy sólo un tercio integran la Túpac
Amaru. El intendente de San Salvador, Raúl Jorge, del sector político
de Morales, emplea el mismo programa con otras 13 cooperativas
municipales. También tienen las suyas la Iglesia Católica y otras ONGs.
La auditoría es ineludible para llegar al pago. “Es contradictorio que
el jefe político del intendente nos acuse de manejo discrecional de
fondos que nunca podríamos recibir sin la firma de Jorge”, dice la
Túpac Amaru. Lo mismo responde a la acusación de Morales sobre la falta
de escrituración de las casas, que usarían como elemento de extorsión:
“La escritura corresponde al municipio”. Según Morales, los miembros de
la Túpac Amaru registraron armas en el ente de control y Milagro Salas
“ha recibido una licencia de instructora de tiro”. Dirigentes de la
Túpac Amaru dijeron que su conductora sólo posee una pistola, regalo de
Germán Abdala, y que su verdadera arma es el horno de barro.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-134056-2009-10-25.html
De remate
La insólita denuncia del senador Morales contra Milagro Sala, de
quien acaba de descubrir que es mafiosa y vinculada con la droga.
Exasperación por el crecimiento de formas de organización popular que
acaban con el clientelismo y la marginalidad, mientras se definen
nuevas relaciones de poder, en el Congreso, en los partidos, en el
mundo sindical, en su relación con las empresas y en los contextos
regional y global.
Por Horacio Verbitsky
Gerardo Morales con Milagro Sala, poco antes de descubrir que era una mafiosa
que andaba en la droga. Abajo: La AGN constató que las cuentas de la
Túpac Amaru están en orden.
Gerardo Morales dice Tupac Amarú, como pronunciaban
los colonizadores españoles. Así lo aprendieron desde hace siglo y
medio los niños porteños en las escuelas públicas del positivismo
encargadas con el Ejército y su servicio obligatorio de homogeneizar a
la inmigración europea. Milagro Sala y sus compañeros en la
organización social autogestionaria más extensa y original del país
dicen Túpac Amaru, como los aymaras y el mundo andino. La desavenencia
lingüística proviene de un abismo cultural (Milagro Sala dice que antes
que argentina es americana y reivindica la historia anterior a la
llegada de Colón), con componentes sociales, económicos y políticos.
Sus ecos se amplifican en este momento de transición de la escena
nacional, cuando se definen nuevas relaciones de poder, en las cámaras
del Congreso Nacional, en los partidos políticos, en el mundo sindical,
en su relación con las empresas y en los contextos regional y global.
Cazador sin presa
La aprobación por amplia mayoría de varias leyes importantes, entre ellas
la de comunicación audiovisual, ha exasperado a las fuerzas de
oposición que no consiguen someter a una fuerza que luego del mediocre
resultado en las elecciones de medio término no ha perdido la voluntad
política ni la capacidad de concretarla. “Son como un cazador
desconcertado porque no encuentra la presa herida allí donde la vio
caer”, dice un dirigente sindical de relación ambivalente con el
gobierno. Morales y su principal aliada, Elisa Carrió, están entre los
más exaltados, por razones que además se vinculan con la interna del
tronco radical y sus adherencias. La noche del 28 de junio, con el
ingenio publicitario de la chaqueña, clamaron victoria, una hipótesis
poco compartida. Esta semana la UCR elegirá a su nuevo presidente.
Morales no está en condiciones estatutarias de ser reelecto, pero no ha
perdido la esperanza de forzar una reforma para permitirlo. Carrió aún
no puede ocultar la frustración por su tercer puesto porteño. Sonríe,
guiña el ojo, ironiza que no puede hablar del 2011, que les pregunten a
los que ganaron. Pero cree que, con su ayuda, Morales sería mejor
candidato que el vicepresidente Julio Cobos, lo cual mide la
devaluación de ese espacio. Su pulsión primordial es aniquilar a
Kirchner, la secundaria, destruir a Cobos. Cuadrar ese círculo de
fobias es tan difícil como sostener que la Túpac Amaru es una fuerza de
choque kirchnerista y que Quebracho la apoya. Cuando Morales y María
Eugenia Estenssoro hablaban en el Senado de grupos armados y Oscar
Castillo comparaba la situación argentina con la de la Italia de
preguerra, el rostro del presidente de la bancada radical, Ernesto
Sanz, la alternativa de Cobos a la reelección de Morales era elocuente.
La armonía no es mayor entre los miembros de Unión-Pro, donde tanto
Francisco De Narváez como Maurizio Macri y Felipe Solá aspiran al mismo
cetro. (De Narváez también apuesta al Uruguay, donde aportó recursos a
la campaña del Menem oriental, Luis Lacalle, para las pegatinas Muji-K
y las de las Brigadas Bolivarianas, la contratación como asesor del
ecuatoriano Jaime Durán Barba y la movilización del partido blanco en
Buenos Aires). Para terminar de complicarlos apareció el ex senador
Eduardo Duhalde, con su eterno know-how del empujón y sus siempre bien
dispuestos socios del Episcopado Católico, que anhelan recuperar la
centralidad que Duhalde les dio en 2001 para el derrumbe del gobierno
corrupto y violento de Fernando De la Rúa y la resignación ante la
brutal transferencia de ingresos consumada en días. El dirigente
patronal agropecuario Eduardo Buzzi, en ruta hacia Luján con una Virgen
y un estandarte del Sagrado Corazón e invocando ante Clarín “un clima
enrarecido, como el del segundo semestre del 2001, de salida de la
convertibilidad”, señalan el sendero. La Túpac Amaru es un fantasma que
todos ellos agitan, con múltiples propósitos: atacar al kirchnerismo
que le ayudó a consolidarse como expresión territorial e ideológica,
abortar el crecimiento de una forma de organización social sólida y
viable, generar una imagen de inestabilidad y violencia al que pueda
atribuírsele cualquier hecho desestabilizador y forzar al gobierno a
renunciar a uno de los pilares de su política: la decisión de no
reprimir a las organizaciones sociales que lo diferencia de Menem,
Duhalde y De la Rúa.
Ni puentes ni rutas
El abismo cultural cifrado en la acentuación de dos palabras explica que
la imprecisa denuncia de Morales haya encontrado inmediato eco en su
colega justicialista de Guillermo Jenefes. No hay duda que Morales fue
víctima de una alevosa agresión, como antes lo había sido el diputado
kirchnerista Agustín Rossi: le arrojaron huevos y útiles de oficina en
San Salvador. Pero nada tuvieron que ver la Túpac Amaru ni el gobierno
nacional. Milagro Sala estaba a 35 kilómetros de distancia, de lo que
ofreció quinientos testigos. El escrache fue obra de la Organización
Libertad, que comparte con la Túpac Amaru una red de organización
sociales, así como los industriales metalúrgicos se sientan en la UIA
con los aceiteros y los fabricantes de neumáticos y todos reciben
beneficios promocionales del Estado. La misma organización ya había
escrachado en marzo a Morales, durante una visita a Purmamarca. Lo
acusaban de favorecer la construcción de hoteles de lujo para el
turismo internacional en tierras de las comunidades aborígenes. El
pedido de informes de Morales que el Senado aprobó esta semana menciona
con encomiable sinceridad que la Túpac Amaru tiene tal poder que
instaló en la agenda pública provincial “la ley de reforma edilicia,
aún con la negativa del entonces gobernador y de las organizaciones de
profesionales del sector”. En una involuntaria alabanza, Morales se
quejó porque ese poder “es una suerte de contrapeso relativo de los
poderes económicos, en la práctica política” y “los gobernadores apelan
a los reclamos sociales como excusa para negociar mejor frente a los
actores más influyentes de la política local”. Morales sostuvo que “la
gente quiere cobrar su derecho pero no quiere cortar rutas o puentes”.
Milagro Sala respondió que la Túpac Amaru respeta a quienes cortan
rutas, pero no lo hace porque perju- dica a terceros. En cambio
manifiesta frente a las sedes gubernativas.
Bipartidismo sui generis
Como el cordobés Roberto Urquía, Jenefes también ingresó a la política a
partir de su poderío económico. Opuesta sería la situación de Morales,
si se probaran las acusaciones que la Túpac Amaru le formuló esta
semana en la conferencia de prensa frente al Congreso. Según el
documento entregado por la organización, cuando comenzó su carrera
política Morales sólo tenía una casita. Ahora poseería con testaferros
el hotel Panorama, en Belgrano y Patricias Argentinas, de San Salvador,
dos edificios en construcción en las calles Güemes e Independencia,
varios departamentos y terrenos, en Jujuy y Córdoba, plantaciones de
soja en Santiago del Estero, una financiera en Buenos Aires y una FM
trucha que recibe un subsidio de 1,5 millones de pesos al año del
gobierno provincial. También negocia “quedarse con parte de las tierras
del ingenio azucarero en quiebra La Esperanza”, dijeron. Ante una
publicación de esta columna Morales dijo que no producía soja, ni en
forma directa ni a través de otra persona. Pero no negó que su hermano
fuera titular de inversiones en esa actividad. Jenefes y Morales
recorren el mismo camino en dirección opuesta, pero en cualquier caso
la política y los negocios forman una trama de intereses, que se ponen
incandescentes ante cualquier intento de transformación. La semana
pasada, Morales dijo que también Jenefes había sido agredido por la
diabólica organización, a la que llamó mafiosa, vinculada con la droga
y temida por el gobernador Walter Barrionuevo. Agregó que muchos
dirigentes del Partido Justicialista y de la Unión Cívica Radical “no
estamos dispuestos a soportar lo que está pasando en Jujuy”. Jenefes
asintió y dijo que había sido agredido cinco veces por la Túpac Amaru.
Su íncubo es la radio de frecuencia experimental Túpac, autorizada por
el COMFER, a la que siente como una amenaza para el multimedios
familiar, que conforman el Canal 7 de televisión, la radio AM Visión en
San Salvador y dos radios FM, en Perico y Libertador. Así se lo explicó
a sus compañeros de bloque cuando se trataba la ley audiovisual.
También es propietario del Hotel y Casino Howard Johnson Plaza y de una
mansión de estilo feudal en Guerrero, que los pueblos originarios
reclaman como propia. A comienzos de este año Milagro Sala denunció que
Jenefes había desmontado más de mil hectáreas de bosques nativos en la
finca Real de los Toros, en Palma Sola, con una autorización especial,
que la Túpac Amaru objetó en la Legislatura jujeña. Su hermano Sergio
fue designado ministro del Superior Tribunal de Justicia, como parte de
un acuerdo con Morales, pese a que la CTA y los organismos defensores
de los derechos humanos recordaron su actuación como subsecretario de
Desarrollo Social durante la dictadura. Morales también dijo en el
Senado que la Túpac Amaru “tiene empresa de transporte” y “se quiere
meter en barrido y limpieza y ha comprado maquinarias”. Su colega
Beatriz Fellner, hermana del ex gobernador jujeño, preguntó si estaba
mal que los pobres se organizaran y quisieran “entrar en el negocio” de
la recolección de basura y el transporte “o siempre tiene que quedar en
determinadas manos y que los pobres solamente reciban un sueldo”. El
problema de fondo es que los tupaqueros no lo ven como un negocio.
Rendición de cuentas
Otro capítulo de la diatriba de Morales fue que la Túpac Amaru no rendía
cuentas de los fondos que recibía. Dijo que a su pedido la Auditoría
General de la Nación envió dos auditores “y los sacaron corriendo”,
igual que a los de la provincia y los del municipio. Cuando lo
escracharon estaba con el Auditor General de la Nación, el también
radical Leandro Despouy, un destacado defensor de los derechos humanos
en el exilio durante la dictadura militar y hoy relator de Naciones
Unidas sobre la independencia de jueces y abogados. Consultado para
esta nota, Despouy no confirmó la denuncia de Morales. “Al principio la
organización no quería ser auditada, pero después accedieron, cuando
les explicaron qué información buscaban. Aparentemente la información
que se buscaba se obtuvo”, dijo. Explicó que la auditoría no comprendió
sólo Jujuy o la Túpac Amaru sino que forma parte de un relevamiento en
todas las provincias, cuyo resultado estaría listo en dos o tres meses.
“No estamos contra los planes sociales”, aclaró. La Túpac Amaru envió a
este diario copia de actas levantadas por los auditores de la AGN,
Alberto Garré y Elvira Muñoz. Un acta dice que a pedido de los
municipios de Santa Clara y El Piquete las obras fueron construidas por
desocupados de la zona que no tenían planes sociales, con 32 operarios
en lugar de 16, para dar trabajo “a mayor cantidad de gente”, constata
que la factura corresponde al personal afectado a la obra, que todos
han sido asegurados, adjunta las facturas de compra de materiales e
informa que la obra está terminada, “no obstante quedar un saldo
impago”. En su respuesta a Morales desde las puertas del Congreso, la
Túpac Amaru explicó que construía mil viviendas sociales al año, dentro
del programa federal de emergencia habitacional. El ministerio federal
de Planificación gira los fondos al Instituto Provincial de Vivienda,
que a su vez los remite al Municipio. Recién en esa instancia, la
municipalidad paga a la cooperativa de desocupados, en seis cuotas,
contra certificación del avance de la obra por el Instituto Provincial.
De los 15 mil cooperativistas de Jujuy sólo un tercio integran la Túpac
Amaru. El intendente de San Salvador, Raúl Jorge, del sector político
de Morales, emplea el mismo programa con otras 13 cooperativas
municipales. También tienen las suyas la Iglesia Católica y otras ONGs.
La auditoría es ineludible para llegar al pago. “Es contradictorio que
el jefe político del intendente nos acuse de manejo discrecional de
fondos que nunca podríamos recibir sin la firma de Jorge”, dice la
Túpac Amaru. Lo mismo responde a la acusación de Morales sobre la falta
de escrituración de las casas, que usarían como elemento de extorsión:
“La escritura corresponde al municipio”. Según Morales, los miembros de
la Túpac Amaru registraron armas en el ente de control y Milagro Salas
“ha recibido una licencia de instructora de tiro”. Dirigentes de la
Túpac Amaru dijeron que su conductora sólo posee una pistola, regalo de
Germán Abdala, y que su verdadera arma es el horno de barro.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/1-134056-2009-10-25.html
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Fecha de inscripción : 03/12/2007
MILAGRO EN JUJUY
Milagro en Jujuy
Por Horacio Verbitsky
Con ese título, el premiado cineasta de “La deuda
interna”, Miguel Pereira, filmó hace dos años un documental sobre la
organización Túpac Amaru y su creadora. Chica de la calle, Milagro Sala
comenzó su militancia en la cárcel, donde fue llevada por una refriega
con la policía. Allí organizó una huelga de hambre cuyo resultado fue
que se permitiera cocinar a las presas, con mejor alimentación a igual
costo. Al salir obtuvo un empleo municipal y en las masivas
movilizaciones de la década pasada acompañó al histórico dirigente de
ATE Fernando Acosta, a quien llama su maestro político. Allí conoció
también a quien es su esposo: el corresponsal que entonces cubría esas
bataholas para el diario La Nación, Raúl Noro, actual secretario de
comunicación de la Túpac Amaru, un hombre blanco de hablar pausado y
cabello cano a quien los coyas no discriminan. Luego de cada acto, que
comenzaba con gases y balas de goma policiales y terminaba con un
cambio de gobernador, un grupo de chiquilines la acompañaban de regreso
a su casa en el barrio Alto Comedero, ninguno con menos de seis
hermanos, hijos de familias precarias en una de las provincias más
pobres, devastada por las enfermedades y el clientelismo. Todos cuentan
que alternaban changas con choreos y consumían sustancias poco
recomendables. “Tenían restos de pegamento en la naricita”, dice
Milagro. En forma gradual se fueron quedando con ella, que llegó a
albergar a treinta en su casa. Los sorprendió con la propuesta de
organizar en cada barrio un merendero (ellos le llaman con modestia una
copa de leche) para los chiquitos más necesitados. Ese fue el rudimento
de su organización, que en los últimos diez años creció en forma
incesante. Con 15 mil puestos de trabajo es el tercer empleador de la
provincia, detrás del Estado y del grupo Ledesma, de los Blaquier. Al
estallar la crisis de fin de siglo administraron con criterio social
bolsones de comida y planes de ayuda monetaria, lo cual les permitió
organizarse mejor e incluir a más personas. A partir de 2003 recibieron
planes para la construcción de viviendas de 54 m2, con dos
habitaciones, cocina comedor, baño y lavadero. Cada casa cuesta 82 mil
pesos y da empleo a cuatro personas, contra 110 mil y un empleo y medio
cuando son construidas por empresas comerciales. Desde entonces llevan
levantadas 3800, con diseños propios y atractivos colores. Todos los
barrios tienen pileta de natación (en la entrada de uno un irónico
cartel dice “Este es el cantri de la Túpac Amaru”), cibercafé,
telecabinas, minimercado y polideportivo con canchas de fútbol,
basquet, hockey, rugby. También construyeron dos escuelas. Una fue
bautizada Olga Aredes y la otra Germán Abdala, donde los trabajadores
terminan sus estudios primarios o secundarios y obtienen títulos
legales reconocidos por la provincia. Además del programa de estudios
se dictan tres materias obligatorias: “Autoestima”, “Historia y cultura
de Jujuy y de los pueblos originarios” y, una vieja obsesión de Víctor
De Gennaro inspirada por una frase histórica de la carta de Rodolfo
Walsh a la Junta Militar: “Lucha del movimiento obrero”. Milagro Sala
dice que “en nuestra formación política están presentes Túpac Amaru,
Eva Perón y Ernesto Che Guevara símbolos de lucha, coherencia y
compromiso con los más humildes”. Entre ambos colegios tienen 150
profesores, cuyos sueldos paga la organización. Allí asisten jóvenes y
adultos, de 17 años en adelante. En una provincia con paternidad
precoz, muchos jóvenes van con sus hijos. Este año se matricularon 2500
alumnos. “No competimos con el Estado, nos metemos allí donde el Estado
falló, como las villas”, dicen. Tiene biblioteca, laboratorio y sala de
cómputo. Los fines de semana, los profesores realizan trabajo
voluntario en los barrios más humildes de Jujuy. Las principales
decisiones de la organización se adoptan en asamblea semanal, de 900
delegados. La organización tiene unas 400 unidades barriales en Jujuy y
está implantada en diecisiete provincias. Su estricta disciplina ha
dado pie a las versiones sobre actitudes dictatoriales de Sala, que
prohibió el consumo de alcohol y estupefacientes y dispuso que todos
los trabajadores estudiaran, como forma de rescatarlos de la
marginalidad. Con fondos del ministerio de Desarrollo Social se
establecieron seis fábricas, que ya no dependen del Estado, y que
emplean a 600 ex desocupados. Varias producen los materiales para la
construcción de viviendas pero también hay una textil, donde se cosen
guardapolvos, jeans, etc. Todas ellas venden su producción al público.
En dos centros de salud, atienden 42 médicos, farmacéuticos,
bioquímicos, y enfermeros y funcionan una farmacia y un laboratorio.
Adquirieron un tomógrafo y un mamógrafo y dos ambulancias de alta
complejidad equipados para el traslado y la atención de pacientes
críticos y no críticos. La atención y los remedios son gratuitos. Se
está terminando de construir el primer Centro de Rehabilitación para
personas con enfermedades invalidantes o capacidades diferentes. Los
dirigentes históricos de la CTA De Gennaro y Germán Abdala acompañaron
el crecimiento de la Túpac Amaru y en la actualidad Milagro Sala
integra el secretariado nacional de la central. Con notoria influencia
del proceso político boliviano y manifiesta admiración por Evo Morales,
la Túpac Amaru celebra todos los años, siempre en agosto, la festividad
espiritual y de recuperación cultural de la Pachamama, en la que se
hacen ofrendas a la madre tierra, enterrando todo aquello que los
comuneros quieren que les dé en el año. La otra fecha clave es el Día
del Niño. En el reparto de juguetes de 2007 se tomó la foto que ilustra
esta nota y que muestra hasta qué punto eran cordiales las relaciones
de Morales con la “organización mafiosa” que ahora denuncia.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/subnotas/134056-43247-2009-10-25.html
Por Horacio Verbitsky
Con ese título, el premiado cineasta de “La deuda
interna”, Miguel Pereira, filmó hace dos años un documental sobre la
organización Túpac Amaru y su creadora. Chica de la calle, Milagro Sala
comenzó su militancia en la cárcel, donde fue llevada por una refriega
con la policía. Allí organizó una huelga de hambre cuyo resultado fue
que se permitiera cocinar a las presas, con mejor alimentación a igual
costo. Al salir obtuvo un empleo municipal y en las masivas
movilizaciones de la década pasada acompañó al histórico dirigente de
ATE Fernando Acosta, a quien llama su maestro político. Allí conoció
también a quien es su esposo: el corresponsal que entonces cubría esas
bataholas para el diario La Nación, Raúl Noro, actual secretario de
comunicación de la Túpac Amaru, un hombre blanco de hablar pausado y
cabello cano a quien los coyas no discriminan. Luego de cada acto, que
comenzaba con gases y balas de goma policiales y terminaba con un
cambio de gobernador, un grupo de chiquilines la acompañaban de regreso
a su casa en el barrio Alto Comedero, ninguno con menos de seis
hermanos, hijos de familias precarias en una de las provincias más
pobres, devastada por las enfermedades y el clientelismo. Todos cuentan
que alternaban changas con choreos y consumían sustancias poco
recomendables. “Tenían restos de pegamento en la naricita”, dice
Milagro. En forma gradual se fueron quedando con ella, que llegó a
albergar a treinta en su casa. Los sorprendió con la propuesta de
organizar en cada barrio un merendero (ellos le llaman con modestia una
copa de leche) para los chiquitos más necesitados. Ese fue el rudimento
de su organización, que en los últimos diez años creció en forma
incesante. Con 15 mil puestos de trabajo es el tercer empleador de la
provincia, detrás del Estado y del grupo Ledesma, de los Blaquier. Al
estallar la crisis de fin de siglo administraron con criterio social
bolsones de comida y planes de ayuda monetaria, lo cual les permitió
organizarse mejor e incluir a más personas. A partir de 2003 recibieron
planes para la construcción de viviendas de 54 m2, con dos
habitaciones, cocina comedor, baño y lavadero. Cada casa cuesta 82 mil
pesos y da empleo a cuatro personas, contra 110 mil y un empleo y medio
cuando son construidas por empresas comerciales. Desde entonces llevan
levantadas 3800, con diseños propios y atractivos colores. Todos los
barrios tienen pileta de natación (en la entrada de uno un irónico
cartel dice “Este es el cantri de la Túpac Amaru”), cibercafé,
telecabinas, minimercado y polideportivo con canchas de fútbol,
basquet, hockey, rugby. También construyeron dos escuelas. Una fue
bautizada Olga Aredes y la otra Germán Abdala, donde los trabajadores
terminan sus estudios primarios o secundarios y obtienen títulos
legales reconocidos por la provincia. Además del programa de estudios
se dictan tres materias obligatorias: “Autoestima”, “Historia y cultura
de Jujuy y de los pueblos originarios” y, una vieja obsesión de Víctor
De Gennaro inspirada por una frase histórica de la carta de Rodolfo
Walsh a la Junta Militar: “Lucha del movimiento obrero”. Milagro Sala
dice que “en nuestra formación política están presentes Túpac Amaru,
Eva Perón y Ernesto Che Guevara símbolos de lucha, coherencia y
compromiso con los más humildes”. Entre ambos colegios tienen 150
profesores, cuyos sueldos paga la organización. Allí asisten jóvenes y
adultos, de 17 años en adelante. En una provincia con paternidad
precoz, muchos jóvenes van con sus hijos. Este año se matricularon 2500
alumnos. “No competimos con el Estado, nos metemos allí donde el Estado
falló, como las villas”, dicen. Tiene biblioteca, laboratorio y sala de
cómputo. Los fines de semana, los profesores realizan trabajo
voluntario en los barrios más humildes de Jujuy. Las principales
decisiones de la organización se adoptan en asamblea semanal, de 900
delegados. La organización tiene unas 400 unidades barriales en Jujuy y
está implantada en diecisiete provincias. Su estricta disciplina ha
dado pie a las versiones sobre actitudes dictatoriales de Sala, que
prohibió el consumo de alcohol y estupefacientes y dispuso que todos
los trabajadores estudiaran, como forma de rescatarlos de la
marginalidad. Con fondos del ministerio de Desarrollo Social se
establecieron seis fábricas, que ya no dependen del Estado, y que
emplean a 600 ex desocupados. Varias producen los materiales para la
construcción de viviendas pero también hay una textil, donde se cosen
guardapolvos, jeans, etc. Todas ellas venden su producción al público.
En dos centros de salud, atienden 42 médicos, farmacéuticos,
bioquímicos, y enfermeros y funcionan una farmacia y un laboratorio.
Adquirieron un tomógrafo y un mamógrafo y dos ambulancias de alta
complejidad equipados para el traslado y la atención de pacientes
críticos y no críticos. La atención y los remedios son gratuitos. Se
está terminando de construir el primer Centro de Rehabilitación para
personas con enfermedades invalidantes o capacidades diferentes. Los
dirigentes históricos de la CTA De Gennaro y Germán Abdala acompañaron
el crecimiento de la Túpac Amaru y en la actualidad Milagro Sala
integra el secretariado nacional de la central. Con notoria influencia
del proceso político boliviano y manifiesta admiración por Evo Morales,
la Túpac Amaru celebra todos los años, siempre en agosto, la festividad
espiritual y de recuperación cultural de la Pachamama, en la que se
hacen ofrendas a la madre tierra, enterrando todo aquello que los
comuneros quieren que les dé en el año. La otra fecha clave es el Día
del Niño. En el reparto de juguetes de 2007 se tomó la foto que ilustra
esta nota y que muestra hasta qué punto eran cordiales las relaciones
de Morales con la “organización mafiosa” que ahora denuncia.
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“Ningún partido hizo lo que hacemos nosotros”
DIRIGENTES DE DISTINTAS ORGANIZACIONES SOCIALES
“Ningún partido hizo lo que hacemos nosotros”
La referente de la Túpac Amaru, Milagro Sala, detalló el trabajo de
ese movimiento. Advirtió que Gerardo Morales y todos los otros que la
acusan deberán probar lo que dicen.
Por Laura Vales
“En la Túpac Amaru tenemos más de tres mil
viviendas; tenemos cinco fábricas, fábricas metalúrgicas, textiles, de
bloques; tenemos trece polideportivos con pileta de natación. Imaginá
que acá, en Jujuy, había solamente dos piletas, y a esas dos podían
entrar la clase media y clase alta, los pobres no. Nosotros hemos
construido todo eso, y lo hicimos en menos de cinco años. Estamos
dándoles de comer a 50 mil niños en toda la provincia, con centros
comunitarios y copas de leche. En Jujuy la mayoría de los partidos
políticos manejan sus ONG y fundaciones ‘para ayudar a los que menos
tienen’. Ellos han recibido vagones de plata, ¿y qué hicieron con esa
plata?... un montón de testaferros”, dice Milagro Sala. Lo dice
sintiéndose todavía en el ojo de huracán. Esta semana, Gerardo Morales
la acusó de comandar un grupo “financiado por el Gobierno, que usa
armas y está vinculado con la droga.” El Senado aprobó un pedido de
informes para determinar si los integrantes de su movimiento social
“tienen permiso para portar armas”. Y encaramado a esa ola, hubo un
diario que llegó a presentarla con el título “Fue adicta y ladrona”.
–¿Por qué cree que Morales la acusó de tener gente armada?
–Morales ha llegado a un lugar de histeria, no ha parado de inventar: que
tenemos 500 armas, que estamos con el narcotráfico, que se nombraron
600 policías por recomendación mía..., ha convertido a Jujuy en un
lugar peor que Colombia.
–¿Para qué?
–Porque lo ayuda a posicionarse, porque él se afianza como presidente de la
Unión Cívica Radical, afianza su relación con (Elisa) Carrió y también
se muestra como el único que les para la mano a los movimientos
sociales. Para nosotros es una crisis, pero a él le viene bien, le
sirve.
–No sólo Carrió, sino otros senadores y
algunos editorialistas, como Joaquín Morales Solá, aseguraron que su
organización tiene armas.
–Es que lamentablemente ellos arman un equipo, es como un equipo de fútbol, se juntan y dicen
“a éste le toca”. Clarín y La Nación estuvieron conmigo el jueves casi
todo el día. Visitaron las obras que estamos haciendo y ahora salen a
decir que los compañeros que los acompañaron a conocerlas son mafiosos
y guerrilleros. Los compañeros que los llevaron a conocer son
presidentes de cooperativas, encargados de obra, encargados de las
fábricas nuestras, que les mostraron cada lugar y les contaron cómo
trabajamos... y ahora vemos la publicidad de las notas que nos muestran
como mafiosos.
–¿Por qué accedieron a hacer las notas?
–Porque pensé que, si veían lo que estamos haciendo, iban a cambiar de
opinión... y ahora estoy enojada conmigo misma. Ellos meten en la
interna entre el Gobierno y la oposición a un perejil, porque la Túpac
es un perejil para ellos, somos nadie. Pero van a tener que comprobar
ante la Justicia que tenemos 500 armas y todo lo demás. Creen que
pueden decir cualquier cosa: es Gerardo Morales, tiene fueros, no es
negro, no es colla... Fue muy rápida, además, esta operación. El habla
de que le tiraron huevos... yo no quiero justificar la violencia, pero
él se olvida de que en el 2007 en la Legislatura, al actual intendente,
él y su hermano lo llenaron de huevos. También hicieron escraches al
juez Valdecantos.
–¿Tienen armas registradas en el Renar?
–Yo tengo una. Me la regaló Germán Abdala, la tengo guardada en una cajita con tapa de vidrio.
–¿Cuántos integrantes tiene la Túpac Amaru?
–Somos 70 mil afiliados.
–¿Y si suman a toda la red de organizaciones?
–No sé. Cuando movilizamos, somos entre 30 y 40 mil personas. Esta semana
se hizo una marcha de más de 50 mil compañeros, no sólo de las
organizaciones sociales sino de otra gente, compañeros que se sintieron
tocados por lo que dijo Morales.
–¿Cómo pesa en lo político una organización de este tamaño?
–Nosotros dijimos muchas veces que lo que queremos es trabajar. En las elecciones
no nos candidateamos a nada, aunque con la cantidad de compañeros que
hay en la red de organizaciones sociales podríamos haberlo hecho, pero
decidimos que no queríamos ser candidatos sino seguir trabajando.
–¿Por qué?
–Porque la política es sucia.
–La provincia tiene los peores índices sociales...
–Sí, faltan por ejemplo 100 mil viviendas, la pobreza está en el 35 por
ciento, porque acá en Jujuy los jóvenes de 20 años ya tienen familia.
Falta trabajo; nuestros compañeros no tienen dónde emplearse ni dónde
estudiar.
–¿Cuántos trabajan ahora en las cooperativas?
–Tres mil ochocientos compañeros.
–¿Ellos cobran un sueldo o lo que reciben a cambio es un plan social?
–Tienen sueldos de entre mil y mil 300 pesos, con obra social y seguro de vida.
Están en blanco y las cooperativas pagan a la AFIP. Además, recibimos
los fondos para la construcción a medida que avanzan las obras, con un
control de cada etapa.
–Junto con la acusación de tener armas, se añadió la de recibir dinero del Estado.
–Bueno, que nos acusen el día que recibamos la plata y no construyamos nada,
cuando estemos flojos de papeles. Ayer, la gente de Cobos salió a decir
que Morales no se puede candidatear porque está flojo de papeles.
Nosotros, en cambio, podemos mostrar todo.
–Además de la oposición, a la Túpac Amaru la criticaron organizaciones sociales
de la provincia. El Perro Santillán y el PO, por ejemplo, dijeron que
usan patotas.
–El PO marcha con el Perro Santillán y él habla mal de todo el mundo. Con el tiempo de militancia que tiene
el Perro, hoy cuando sale a la calle no salen más de cien personas. Y
cuando nosotros salimos juntamos cuadras y cuadras, porque los
compañeros trabajan en las cooperativas, porque tienen más salud, más
educación. Nosotros hemos armado una red de 24 organizaciones sociales.
Entonces, él hoy se prende con los que ha puteado toda la vida, con los
radicales. Dice que somos violentos pero, ¿no se acuerda de que en la
década del ’90 andábamos tirando piedras y quemando gomas? El Perro
tiene una memoria blanda. Se olvida también de que hace dos meses fue a
tirar piedras contra la casa de gobierno. Se han juntado todos nuestros
enemigos, y han llegado a pagar gente para que hablara mal de la
organización: que manejamos fierros, que manejamos patotas.
–Decía que no quisieron presentarse a elecciones. ¿Qué rol piensa que deben cumplir las organizaciones sociales?
–Acá el Perro Santillán armó un partido político. Fue cuando él estaba en la
cresta de la ola y creía que podía ser gobernador, pero la gente no lo
votó. Esa experiencia le sirvió a mucha gente. Nosotros no queremos
saber nada de hacer esa política, estamos bien como estamos, trabajando.
–¿Por qué fracasa ese salto de lo social a lo político?
–Es que la gente piensa que los políticos son políticos y los dirigentes
sociales tienen que ser dirigentes sociales, que no se tienen que
mezclar.
Link a la nota:
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“Ningún partido hizo lo que hacemos nosotros”
La referente de la Túpac Amaru, Milagro Sala, detalló el trabajo de
ese movimiento. Advirtió que Gerardo Morales y todos los otros que la
acusan deberán probar lo que dicen.
Por Laura Vales
“En la Túpac Amaru tenemos más de tres mil
viviendas; tenemos cinco fábricas, fábricas metalúrgicas, textiles, de
bloques; tenemos trece polideportivos con pileta de natación. Imaginá
que acá, en Jujuy, había solamente dos piletas, y a esas dos podían
entrar la clase media y clase alta, los pobres no. Nosotros hemos
construido todo eso, y lo hicimos en menos de cinco años. Estamos
dándoles de comer a 50 mil niños en toda la provincia, con centros
comunitarios y copas de leche. En Jujuy la mayoría de los partidos
políticos manejan sus ONG y fundaciones ‘para ayudar a los que menos
tienen’. Ellos han recibido vagones de plata, ¿y qué hicieron con esa
plata?... un montón de testaferros”, dice Milagro Sala. Lo dice
sintiéndose todavía en el ojo de huracán. Esta semana, Gerardo Morales
la acusó de comandar un grupo “financiado por el Gobierno, que usa
armas y está vinculado con la droga.” El Senado aprobó un pedido de
informes para determinar si los integrantes de su movimiento social
“tienen permiso para portar armas”. Y encaramado a esa ola, hubo un
diario que llegó a presentarla con el título “Fue adicta y ladrona”.
–¿Por qué cree que Morales la acusó de tener gente armada?
–Morales ha llegado a un lugar de histeria, no ha parado de inventar: que
tenemos 500 armas, que estamos con el narcotráfico, que se nombraron
600 policías por recomendación mía..., ha convertido a Jujuy en un
lugar peor que Colombia.
–¿Para qué?
–Porque lo ayuda a posicionarse, porque él se afianza como presidente de la
Unión Cívica Radical, afianza su relación con (Elisa) Carrió y también
se muestra como el único que les para la mano a los movimientos
sociales. Para nosotros es una crisis, pero a él le viene bien, le
sirve.
–No sólo Carrió, sino otros senadores y
algunos editorialistas, como Joaquín Morales Solá, aseguraron que su
organización tiene armas.
–Es que lamentablemente ellos arman un equipo, es como un equipo de fútbol, se juntan y dicen
“a éste le toca”. Clarín y La Nación estuvieron conmigo el jueves casi
todo el día. Visitaron las obras que estamos haciendo y ahora salen a
decir que los compañeros que los acompañaron a conocerlas son mafiosos
y guerrilleros. Los compañeros que los llevaron a conocer son
presidentes de cooperativas, encargados de obra, encargados de las
fábricas nuestras, que les mostraron cada lugar y les contaron cómo
trabajamos... y ahora vemos la publicidad de las notas que nos muestran
como mafiosos.
–¿Por qué accedieron a hacer las notas?
–Porque pensé que, si veían lo que estamos haciendo, iban a cambiar de
opinión... y ahora estoy enojada conmigo misma. Ellos meten en la
interna entre el Gobierno y la oposición a un perejil, porque la Túpac
es un perejil para ellos, somos nadie. Pero van a tener que comprobar
ante la Justicia que tenemos 500 armas y todo lo demás. Creen que
pueden decir cualquier cosa: es Gerardo Morales, tiene fueros, no es
negro, no es colla... Fue muy rápida, además, esta operación. El habla
de que le tiraron huevos... yo no quiero justificar la violencia, pero
él se olvida de que en el 2007 en la Legislatura, al actual intendente,
él y su hermano lo llenaron de huevos. También hicieron escraches al
juez Valdecantos.
–¿Tienen armas registradas en el Renar?
–Yo tengo una. Me la regaló Germán Abdala, la tengo guardada en una cajita con tapa de vidrio.
–¿Cuántos integrantes tiene la Túpac Amaru?
–Somos 70 mil afiliados.
–¿Y si suman a toda la red de organizaciones?
–No sé. Cuando movilizamos, somos entre 30 y 40 mil personas. Esta semana
se hizo una marcha de más de 50 mil compañeros, no sólo de las
organizaciones sociales sino de otra gente, compañeros que se sintieron
tocados por lo que dijo Morales.
–¿Cómo pesa en lo político una organización de este tamaño?
–Nosotros dijimos muchas veces que lo que queremos es trabajar. En las elecciones
no nos candidateamos a nada, aunque con la cantidad de compañeros que
hay en la red de organizaciones sociales podríamos haberlo hecho, pero
decidimos que no queríamos ser candidatos sino seguir trabajando.
–¿Por qué?
–Porque la política es sucia.
–La provincia tiene los peores índices sociales...
–Sí, faltan por ejemplo 100 mil viviendas, la pobreza está en el 35 por
ciento, porque acá en Jujuy los jóvenes de 20 años ya tienen familia.
Falta trabajo; nuestros compañeros no tienen dónde emplearse ni dónde
estudiar.
–¿Cuántos trabajan ahora en las cooperativas?
–Tres mil ochocientos compañeros.
–¿Ellos cobran un sueldo o lo que reciben a cambio es un plan social?
–Tienen sueldos de entre mil y mil 300 pesos, con obra social y seguro de vida.
Están en blanco y las cooperativas pagan a la AFIP. Además, recibimos
los fondos para la construcción a medida que avanzan las obras, con un
control de cada etapa.
–Junto con la acusación de tener armas, se añadió la de recibir dinero del Estado.
–Bueno, que nos acusen el día que recibamos la plata y no construyamos nada,
cuando estemos flojos de papeles. Ayer, la gente de Cobos salió a decir
que Morales no se puede candidatear porque está flojo de papeles.
Nosotros, en cambio, podemos mostrar todo.
–Además de la oposición, a la Túpac Amaru la criticaron organizaciones sociales
de la provincia. El Perro Santillán y el PO, por ejemplo, dijeron que
usan patotas.
–El PO marcha con el Perro Santillán y él habla mal de todo el mundo. Con el tiempo de militancia que tiene
el Perro, hoy cuando sale a la calle no salen más de cien personas. Y
cuando nosotros salimos juntamos cuadras y cuadras, porque los
compañeros trabajan en las cooperativas, porque tienen más salud, más
educación. Nosotros hemos armado una red de 24 organizaciones sociales.
Entonces, él hoy se prende con los que ha puteado toda la vida, con los
radicales. Dice que somos violentos pero, ¿no se acuerda de que en la
década del ’90 andábamos tirando piedras y quemando gomas? El Perro
tiene una memoria blanda. Se olvida también de que hace dos meses fue a
tirar piedras contra la casa de gobierno. Se han juntado todos nuestros
enemigos, y han llegado a pagar gente para que hablara mal de la
organización: que manejamos fierros, que manejamos patotas.
–Decía que no quisieron presentarse a elecciones. ¿Qué rol piensa que deben cumplir las organizaciones sociales?
–Acá el Perro Santillán armó un partido político. Fue cuando él estaba en la
cresta de la ola y creía que podía ser gobernador, pero la gente no lo
votó. Esa experiencia le sirvió a mucha gente. Nosotros no queremos
saber nada de hacer esa política, estamos bien como estamos, trabajando.
–¿Por qué fracasa ese salto de lo social a lo político?
–Es que la gente piensa que los políticos son políticos y los dirigentes
sociales tienen que ser dirigentes sociales, que no se tienen que
mezclar.
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“Se intenta ilegalizar”
CARLOS CHILE, MOVIMIENTO DE TIERRA Y LIBERACION
“Se intenta ilegalizar”
“Recuerdo que cuando iba a Bolivia antes de que Evo
fuera presidente, se decía ‘Evo es producto de la coca excedentaria’,
dicho en otros términos: ‘Evo es narcotraficante’. La derecha en Santa
Cruz lo sigue diciendo. Y en Jujuy hay quienes ahora dicen que las
organizaciones sociales están armadas y vinculadas al narcotráfico, que
manejan con la violencia a la sociedad jujeña, cuando la sociedad
jujeña ha sido en realidad víctima de la mayor violencia, una violencia
que se traduce en altas tasas de mortalidad, de desocupación y
exclusión.”
–¿Ve, entonces, que hay una cuestión de xenofobia?
–Jujuy tiene mucho de lo extraordinario que se vive hoy en Bolivia, de ese
proceso de los pueblos originarios que se incorporan en forma activa a
la política, y esto genera miedo en los que durante tantos años
descargaron su prepotencia sobre los que tienen la piel oscura.
Entonces, hay un intento de estigmatizar y de ilegalizar.
–Una de las acusaciones dice: “El Gobierno financia a las organizaciones
piqueteras”, como si los planes sociales fueran una cosa ilegal. ¿Por
qué prende este discurso?
–Porque existe una deformación sobre lo que es la ayuda social. Se ha trabajado mucho para
que llegue ayuda del Estado a los más pobres, y sin embargo hay quienes
creen que la ayuda es para las organizaciones. No es así: la ayuda
social se transforma en comedores, en cooperativas, en trabajo. Otra
cosa que sabemos es que con recursos, aunque sean muchos, no se
construyen grandes organizaciones sociales. En este país ha habido
organizaciones que administraron cientos de miles de planes jefas y
jefes, y no lo pudieron transformar en organización política ni social.
–Este episodio ¿queda acá o se va a profundizar?
–Tenemos un bipartidismo en crisis, no hay una sucesión clara en el marco de ese
bipartidismo. Y en la disputa por quién hegemoniza ese bipartidismo hay
una pelea de bandas. En el marco de esa pelea de grupos con fuertes
contactos con los grupos económicos, indudablemente van a seguir
intentando impedir que nuevos actores sociales puedan incidir en la
vida política.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/subnotas/134094-43263-2009-10-25.html
“Se intenta ilegalizar”
“Recuerdo que cuando iba a Bolivia antes de que Evo
fuera presidente, se decía ‘Evo es producto de la coca excedentaria’,
dicho en otros términos: ‘Evo es narcotraficante’. La derecha en Santa
Cruz lo sigue diciendo. Y en Jujuy hay quienes ahora dicen que las
organizaciones sociales están armadas y vinculadas al narcotráfico, que
manejan con la violencia a la sociedad jujeña, cuando la sociedad
jujeña ha sido en realidad víctima de la mayor violencia, una violencia
que se traduce en altas tasas de mortalidad, de desocupación y
exclusión.”
–¿Ve, entonces, que hay una cuestión de xenofobia?
–Jujuy tiene mucho de lo extraordinario que se vive hoy en Bolivia, de ese
proceso de los pueblos originarios que se incorporan en forma activa a
la política, y esto genera miedo en los que durante tantos años
descargaron su prepotencia sobre los que tienen la piel oscura.
Entonces, hay un intento de estigmatizar y de ilegalizar.
–Una de las acusaciones dice: “El Gobierno financia a las organizaciones
piqueteras”, como si los planes sociales fueran una cosa ilegal. ¿Por
qué prende este discurso?
–Porque existe una deformación sobre lo que es la ayuda social. Se ha trabajado mucho para
que llegue ayuda del Estado a los más pobres, y sin embargo hay quienes
creen que la ayuda es para las organizaciones. No es así: la ayuda
social se transforma en comedores, en cooperativas, en trabajo. Otra
cosa que sabemos es que con recursos, aunque sean muchos, no se
construyen grandes organizaciones sociales. En este país ha habido
organizaciones que administraron cientos de miles de planes jefas y
jefes, y no lo pudieron transformar en organización política ni social.
–Este episodio ¿queda acá o se va a profundizar?
–Tenemos un bipartidismo en crisis, no hay una sucesión clara en el marco de ese
bipartidismo. Y en la disputa por quién hegemoniza ese bipartidismo hay
una pelea de bandas. En el marco de esa pelea de grupos con fuertes
contactos con los grupos económicos, indudablemente van a seguir
intentando impedir que nuevos actores sociales puedan incidir en la
vida política.
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“Piensan que somos un estorbo”
ROBERTO BAIGORRIA,BARRIOS DE PIE
“Piensan que somos un estorbo”
“La oposición de derecha no tiene ningún interés en
tomar medidas para que la sociedad sea más justa; sobre esa base,
necesita desprestigiar a las organizaciones sociales. Ellos van a
aprovechar cualquier oportunidad de avanzar sobre los movimientos. Se
ven gobierno en el 2011, se están viendo gobierno y el punto es para
quién van a gobernar. En ese contexto, quieren desarmar la protesta de
los sectores más pobres.”
–¿Se están jugando prejuicios de clase?
–No prejuicios, sino posturas de clase. Es directamente una posición de
clase. Lilita Carrió coquetea con la Embajada de Estados Unidos,
coquetea con la idea de volver al FMI, coquetea con ponerlo a Alfonso
Prat Gay de candidato. Ese espacio tiene una visión de gobernar con
esas recetas que ya conocemos. En el país que ellos piensan, las
organizaciones sociales son un estorbo.
–¿Cómo afecta a los otros movimientos estas acusaciones?
–Hay campañas que van contra el conjunto. En este caso, creo que en el fondo
se va contra la misma existencia de las organizaciones sociales y su
actividad, su razón de ser.
Link a la nota:
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“Piensan que somos un estorbo”
“La oposición de derecha no tiene ningún interés en
tomar medidas para que la sociedad sea más justa; sobre esa base,
necesita desprestigiar a las organizaciones sociales. Ellos van a
aprovechar cualquier oportunidad de avanzar sobre los movimientos. Se
ven gobierno en el 2011, se están viendo gobierno y el punto es para
quién van a gobernar. En ese contexto, quieren desarmar la protesta de
los sectores más pobres.”
–¿Se están jugando prejuicios de clase?
–No prejuicios, sino posturas de clase. Es directamente una posición de
clase. Lilita Carrió coquetea con la Embajada de Estados Unidos,
coquetea con la idea de volver al FMI, coquetea con ponerlo a Alfonso
Prat Gay de candidato. Ese espacio tiene una visión de gobernar con
esas recetas que ya conocemos. En el país que ellos piensan, las
organizaciones sociales son un estorbo.
–¿Cómo afecta a los otros movimientos estas acusaciones?
–Hay campañas que van contra el conjunto. En este caso, creo que en el fondo
se va contra la misma existencia de las organizaciones sociales y su
actividad, su razón de ser.
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“Es un acto perverso”
JUAN CRUZ DAFFUNCHIO, MTD ANIBAL VERON
“Es un acto perverso”
–En el 2002, también el MTD Aníbal Verón. en Florencio Varela, fue acusado de estar armándose.
–Es un método recurrente de la derecha, cada vez que tienen que
desestabilizar, salen a decir, entre otras cosas, que las
organizaciones sociales son violentas. A nosotros nos acusaron de estar
armados, después, cuando mataron a Kosteki y Santillán, dijeron que
había habido un enfrentamiento entre piqueteros. Anteriormente, en
General Mosconi y Tartagal, a los piqueteros los acusaron de estar
relacionados con el narcotráfico, con el argumento de que la ruta que
cortaban era “la ruta del narcotráfico”. Y en el armado represivo que
llevó a la masacre de Avellaneda, una de las cosas que dijeron fue que
los piqueteros estábamos preparando una conspiración violenta y armada.
Lo de ahora es lo mismo, pero responsabilizando al Gobierno, lo cual es
aún más ridículo.
–Si las acusaciones no tienen fundamento, ¿cómo se instala el debate?
–Porque los medios le dan entidad, lo instalan sectores políticos con el apoyo
de los medios. Si un senador plantea estas cosas en el Senado, aunque
sea ridículo lo que dice, con el respaldo de los multimedios cualquier
tema puede instalarse.
–¿Qué cree que buscó Morales con sus declaraciones?
–Pienso que es una campaña de demonización no sólo de los movimientos sino de
la política social que intenta llevar adelante el Gobierno. Quieren
decirles a los sectores medios de la población algo así como que el
Gobierno está armando gente porque perdió las elecciones, es un acto
muy perverso por parte de la oposición. Al mismo tiempo, plantean la
ridiculez de la universalización mal entendida (se refiere a la
asignación para la niñez). Nosotros siempre planteamos que el Estado
tiene que tener presencia en el universo de los pobres, que no es lo
mismo que el resto de la sociedad, que tiene otra capacidad económica.
Pero al mismo tiempo que plantean esto quieren eliminar retenciones, lo
que es más ridículo todavía. No quieren las retenciones y quieren que
los subsidios lleguen a los sectores medios de la sociedad, ¿de dónde
van a salir los fondos? Todo se transforma en un circo.
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“Es un acto perverso”
–En el 2002, también el MTD Aníbal Verón. en Florencio Varela, fue acusado de estar armándose.
–Es un método recurrente de la derecha, cada vez que tienen que
desestabilizar, salen a decir, entre otras cosas, que las
organizaciones sociales son violentas. A nosotros nos acusaron de estar
armados, después, cuando mataron a Kosteki y Santillán, dijeron que
había habido un enfrentamiento entre piqueteros. Anteriormente, en
General Mosconi y Tartagal, a los piqueteros los acusaron de estar
relacionados con el narcotráfico, con el argumento de que la ruta que
cortaban era “la ruta del narcotráfico”. Y en el armado represivo que
llevó a la masacre de Avellaneda, una de las cosas que dijeron fue que
los piqueteros estábamos preparando una conspiración violenta y armada.
Lo de ahora es lo mismo, pero responsabilizando al Gobierno, lo cual es
aún más ridículo.
–Si las acusaciones no tienen fundamento, ¿cómo se instala el debate?
–Porque los medios le dan entidad, lo instalan sectores políticos con el apoyo
de los medios. Si un senador plantea estas cosas en el Senado, aunque
sea ridículo lo que dice, con el respaldo de los multimedios cualquier
tema puede instalarse.
–¿Qué cree que buscó Morales con sus declaraciones?
–Pienso que es una campaña de demonización no sólo de los movimientos sino de
la política social que intenta llevar adelante el Gobierno. Quieren
decirles a los sectores medios de la población algo así como que el
Gobierno está armando gente porque perdió las elecciones, es un acto
muy perverso por parte de la oposición. Al mismo tiempo, plantean la
ridiculez de la universalización mal entendida (se refiere a la
asignación para la niñez). Nosotros siempre planteamos que el Estado
tiene que tener presencia en el universo de los pobres, que no es lo
mismo que el resto de la sociedad, que tiene otra capacidad económica.
Pero al mismo tiempo que plantean esto quieren eliminar retenciones, lo
que es más ridículo todavía. No quieren las retenciones y quieren que
los subsidios lleguen a los sectores medios de la sociedad, ¿de dónde
van a salir los fondos? Todo se transforma en un circo.
Link a la nota:
http://www.pagina12.com.ar/imprimir/diario/elpais/subnotas/134094-43264-2009-10-25.html
Marcela- Cantidad de envíos : 150
Fecha de inscripción : 03/12/2007
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