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“Este será el siglo de las guerras del agua”

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“Este será el siglo de las guerras del agua” Empty “Este será el siglo de las guerras del agua”

Mensaje  Marcela Jue Ene 08, 2009 7:38 pm

Elsa Bruzzone
Experta en temas vinculados con la geopolítica del agua, advierte
sobre el creciente riesgo que ocasionará, en un futuro cercano, la
disputa por el acceso al tan preciado líquido elemento.

Por Emiliano Guido
eguido@miradasalsur.com

De todas sus tarjetas de presentación posible, sobresale el cariñoso
apodo de “Profesora Bruzzone” como la más ajustada a su personalidad.
Elsa es licenciada en Historia pero su pasión es el estudio sobre los
recursos naturales, en especial la potencialidad del agua como el
vector de poder económico más importante del siglo XXI; más que el
petróleo, asegura Bruzzone. Este tema la venía inquietando desde hace
años, tanto que utilizó todas las plataformas posibles para alertar
sobre el tema: como militante asistiendo a los Foros Sociales de Porto
Alegre, y como profesional asesorando a los Congresos de Argentina y
Brasil; hasta que se lanzó al violento oficio de escribir y parió dos
tomos de un libro editado como Las Guerras del Agua.

Elsa Bruzzone habla, dictamina y da cátedra como una docente rigurosa.
No intenta conciliar cuando discurre, la problemática del agua quema su
conciencia crítica, no le da tregua. Por eso es tajante cuando
advierte: “Quien controle en el siglo XXI el agua dulce digitará la
vida y la economía de nuestros pueblos”. Elsa Bruzzone, además, es la
número dos de un grupo sui géneris para la historia reciente argentina:
el Centro de Militares por la Democracia (Cemida): donde reportan los
uniformados argentinos que quebraron el mando de obediencia durante el
Terrorismo de Estado. En este think tank del sur, Bruzzone vuelca sus
documentos. Esos que advierten “que según las Naciones Unidas el 87,5
por ciento de la población mundial en el 2020 no tendrá acceso al agua
potable. Parece un camino irreversible: Europa y EE.UU. gastan en
comida para mascotas el doble del presupuesto destinado al saneamiento
del agua”.

En mano a mano con Miradas al Sur, Bruzzone se zambulle en la
potencialidad estratégica de la biodiversidad del Cono Sur, apunta
contra el monocultivo sojero, y detalla la batalla con los países
centrales por el control del Acuífero Guaraní y la Amazonia. El colosal
sistema de ríos que está en la mira de la IV Flota norteamericana según
declaraciones del propio Pentágono. “Una flota de guerra, lista para
actuar cuando llegue el momento”, detalla como nota al pie la Profesora
Bruzzone.


–¿Sigue con vigencia esa expresión que parió la crisis del 2001: “Ahora vienen por el agua”?


–Sí. Ahora más que nunca. Ha quedado demostrado en los informes
elaborados por Naciones Unidas sobre el estado de los recursos hídricos
del planeta –tanto superficiales como subterráneos–; en las
apreciaciones realizadas por el Panel Intergubernamental sobre el
Cambio Climático; en los informes elaborados por el Pentágono en 2004;
y en los dictámenes de los organismos financieros y económicos
internacionales. Inclusive, en el texto de la Constitución Europea,
donde se plantea la recolonización de África, Asia y América Latina por
nuestros recursos naturales, y en la “Iniciativa en Materias Primas”
elaborada recientemente por la Comunidad Económica Europea. Desde marzo
de 2008, el nuevo secretario de Naciones Unidas, Ban Ki Moon, viene
repitiendo una y otra vez que este siglo será el siglo de las guerras
por el agua y los alimentos.


–¿Por qué la pelea de fondo de este siglo será por el agua y no por el petróleo?


–Porque el agua, a diferencia del petróleo, no tiene sustituto. Es un
bien escaso. Sólo el 2,5 por ciento del agua del mundo es dulce. Si
bien es posible desalinizar agua de mar, el proceso presenta
inconvenientes: se necesita mucha energía, y aún no se ha encontrado la
forma de deshacerse de los elementos químicos que se utilizan para el
buen funcionamiento de la planta desalinizadora sin afectar al medio
ambiente. Si una fuente de agua se contamina se pierde, lo mismo ocurre
si se agota. El agua es vida. Sin ella este planeta y sus habitantes
estarían muertos. Por eso se dice que quien controle el agua dulce
controlará la vida y la economía de los pueblos.


–¿Cuáles son las potencialidades y los flancos débiles del Cono Sur en la utilización de este recurso?


–El Cono Sur tiene agua en abundancia y cuenta con el pulmón terrestre
del planeta por excelencia: la Amazonia, que además posee minerales
altamente estratégicos para el desarrollo de las industrias espacial,
aeronáutica y militar. Los otros pulmones claves son nuestros mares y
océanos.


Las cuencas del Orinoco, del Amazonas, del Río de la Plata, y el Acuífero Guaraní –el cuarto
reservorio subterráneo más grande del mundo en cuanto a volumen pero el
primero en cuanto a volumen de recarga– nos transforma en una región
privilegiada. Al tener recursos hídricos subterráneos y superficiales
compartidos, las potencialidades de desarrollo integral y armónico son
increíbles. Con nuestros ríos y acuíferos están abiertas las puertas
para la exploración y elaboración de proyectos que tengan en cuenta las
necesidades reales de nuestros pueblos.


–¿Es todo color de rosa, entonces?


–No, para nada. El desafío mayor sigue siendo vencer nuestra
desconfianza, y de una vez por todas transformarnos en pueblos adultos.
Una debilidad muy grande ha sido aceptar el proyecto Iirsa (Iniciativa
de Integración de la Infraestructura Regional de América del Sur),
elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo y los organismos
financieros económicos internacionales, que consiste en una integración
física del Cono Sur moldeada por las empresas transnacionales. Otros
hechos preocupantes lo constituyen la presencia del Banco Mundial y
agencias gubernamentales de los países centrales desarrollando
proyectos de estudio en la región: verdaderos ADN para conocer el real
potencial de la Amazonia, la Cuenca del Plata, y el Acuífero Guaraní.
Me preocupa la desidia de los gobiernos ante estos hechos. Felizmente,
la resistencia de las organizaciones sociales existe, es muy fuerte.


–¿Cuáles son los errores y los aciertos del Mercosur, puntualmente, en la protección del Acuífero Guaraní?


–Los aciertos fueron haber aceptado la Carta Social del Acuífero
Guaraní, elaborada por las organizaciones de resistencia civil a la
apropiación del reservorio por el Banco Mundial (BM). También haber
rechazado el proyecto de declararlo “Patrimonio de la Humanidad”, que
en zonas de recursos naturales estratégicos significa pérdida de
soberanía por parte del país. Además, ratificar en diciembre de 2005 la
soberanía de nuestros pueblos sobre el Acuífero, y estar trabajando por
una gestión de utilización, preservación y protección integrada del
Acuífero.
Sin embargo, el error máximo ha sido permitir que el BM y los países
centrales tengan el monopolio en el estudio del Acuífero. Sólo
conocemos lo que ese organismo quiere que sepamos. Y en el caso de
Argentina, la situación es gravísima pues el BM está implicado en el
estudio de 13 proyectos que tienen que ver con nuestros bienes
naturales; además no torcimos el hecho de que la ONU declarará
“Patrimonio de la Humanidad” a las Cataratas del Iguazú, la
Península de Valdés, Quebrada de Humahuaca, el Valle de la Luna, los
Hielos Continentales, y el Glaciar Perito Moreno. Ningún país del
primer mundo tiene zonas con recursos naturales y estratégicos –por más
que sean de interés turístico– declarados como “Patrimonio de la
Humanidad”. Habría que preguntarse por qué.


–¿Qué pesó más en el veto presidencial a la “Ley de protección de los glaciares”?


–El lobby de las transnacionales mineras y petroleras que además buscan
abrir el paso a los emprendimientos hoteleros y turísticos. El impacto
de estos sectores empresariales combinados termina contaminando y
alterando la belleza propia del paisaje, como ya se comprobó en las
“rutas mayas” de México y Perú.


–¿Simplificando, EE.UU. tiene el monopolio de las armas, el G7 controla
el sistema financiero, y Sudamérica es la superpotencia mundial en
recursos naturales?


–Podría decirse. Pero no somos la única. África es tan importante como
nosotros. Por eso las dos regiones están en las miras de los países
ricos.


–¿Qué gobiernos de la región son más intransigentes contra el
monocultivo sojero y el uso de biocombustibles? ¿Cuáles son los mayores
peligros de estos segmentos de la agroindustria?


–No aparecen definiciones muy claras. Hay luchas dentro de los pueblos.
Sin embargo, creo que la posición del presidente Morales es clara al
respecto. Pienso que los presidentes (Rafael) Correa, (Fernando) Lugo y
(Hugo) Chávez caminan en ese sentido. Tendría que hacerse un profundo
estudio de lo que ocurre en cada uno de nuestros países en ese aspecto.
El peligro que representan estos segmentos está dado porque al final
sólo dejan hambre, miseria, devastación, muerte y contaminación. No se
debe ni se puede utilizar alimentos para la fabricación de
biocombustibles. Basta con recorrer nuestro país, leer los informes de
los médicos rurales, hablar con nuestros compatriotas, hacer lo mismo
en otras partes del continente y del mundo, para darse cuenta de la
tragedia que resulta de la aplicación de estas políticas. Debemos
impedir el auge de los monocultivos, porque nuestra vida y nuestra
supervivencia como pueblos están en peligro.


–¿Qué vino a patrullar, finalmente, la IV Flota norteamericana?


–El control del litoral atlántico del subcontinente para vigilar los
recursos estratégicos que poseemos. Eso sí, disfrazada de “ayuda
humanitaria”. Como las otras flotas del Pentágono que cubren el
planeta: es una flota de guerra, lista para actuar cuando llegue
el momento.
Marcela
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