dayrdan Sáb Jul 12, 2008 2:34 pm
Ingrid Betancourt, la nueva computadora de Uribe
Por: Antonio Rangel C. Fecha de publicación: 11/07/08 |
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En la guerra nunca son suficientes las advertencias. Nunca son suficientes las precauciones. El asunto de la información y contra información como estrategia de guerra se ha convertido en poderosa arma que ocasiona más lesionados que una bomba si se piensa que el adversario puede ir hacia el lugar que se desea.
La avalancha de noticias y comentarios sobre la audaz liberación de los rehenes han colocado en segundo plano la esencia del problema. Más allá del triunfo político de Uribe y su Ministro de Defensa se encuentra la paz para el pueblo colombiano. Si la liberación de los secuestrados sirve para avanzar en la búsqueda de la paz, se habrá logrado un triunfo histórico. De lo contrario, descontado el aspecto humanitario de las liberaciones, solo será “táctica de divertimento” como dijera alguna vez el Maestro Prieto Figueroa.
El hecho que motiva este razonamiento se origina en la catarata de opiniones y opinadores, este incluso, que se han ocupado del tema debido a las múltiples facetas que tiene el asunto. No debe ocultarse inclusive, que algunos comentarios llevan una especie de tristeza o sectarismo por la forma como se logró la liberación de los rehenes más emblemáticos de la guerra colombiana.
Piensan algunos que fue derrotado Chávez en su pugna con Uribe. Que fue derrotada la lucha de las FARC, que fue un triunfo de los gringos, que sin las ayudas de modernas tecnologías no hubiera podido el ejército colombiano hacer lo que se hizo a la perfección, que si no hubiera mediado el dinero que recibieron las FARC no hubiese habido liberación, que son signos de debilidad de la guerrilla, que si el helicóptero tenia el emblema de la Cruz Roja, que si la dama liberada es desagradecida y mezquina con el Presidente Chávez por repetir lo menos. Por ningún lado aparece que de lo que se trata es de la paz para el pueblo colombiano.
La pregunta de fondo es: ¿con este golpe de inteligencia militar han desaparecido las causas de la guerra colombiana; se han resuelto los problemas de los desplazados, se ha hecho justicia por los crímenes cometidos por el paramilitarismo y sus mentores? Olvidar estos detalles es pretender ocultar sesenta años de guerra declarada, miles de colombianos muertos, infinidad de comunidades desplazadas y la búsqueda de la paz inalcanzada.
Casi todas las opiniones emitidas se basan en medias verdades o en conjeturas. La única verdad que se mantiene es que la guerra continúa. Es necesario dejar pasar algo de tiempo para que los hechos concretos se conozcan. Vendrán los libros de alguno o varios de los liberados, las infidencias y sobre todo la turbulencia de la campaña electoral por la presidencia de Colombia. Hasta allí llegará el ruido de la liberación. Pero no pasará más allá para lograr la esperada paz para el pueblo colombiano.
Hay intereses superiores para mantener la guerra. Inventar razones para hacer una guerra ficticia tiene un alto costo político para los Estados Unidos. No van a perder la oportunidad de aprovechar una guerra histórica en Colombia para mantener la tensión en la región inclinada a sacudirse la hegemonía estadounidense mantenida por más de un siglo en el hemisferio. Para ellos, controlar las reservas de petróleo es una razón de Estado y se aferrarán en esta ocasión a la excusa de la lucha contra el terrorismo para instalar sus armas cerca de Venezuela. Negociar la paz con las FARC dañaría la ocasión de oro para las guerreristas del Pentágono.
Mientras tanto, la liberación de Ingrid no pasará de ser la nueva computadora de Uribe para mantener distraída a la opinión del mundo.
mavet456@cantv.net
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