EL AMIGO DE LAS VIEJITAS Y LAS AMETRALLADORAS

JUICIO PENAL CONTRA JULIO CÉSAR TALAMÁS


La Uzi del adulto mayor.
Juicio penal contra Talamás, que se ¨apoderó¨ de negocio crediticio.
Guillermo Garat (La Diaria)

Una disputa por prestar dinero en una cooperativa que no puede hacerlo
enfrenta a Julio Talamás y al ex esposo de una ex fiscal penal. Falta
un millón y medio de dólares en la contabilidad de la cooperativa en
los últimos cinco meses, entre varias irregularidades. Hay un juicio
dormido por 10 millones de dólares en el que uno de los acusados es el
ex marido de la ex fiscal, que libraba cheques sin fondo.

¿Recuerda a Julio César Talamás? Es el hombre que en la campaña
electoral se proyectaba en los televisores abrazado a dos señoras
mayores pregonando un mensaje de amor y fuerza para la tercera edad
mientras vendía su candidatura política aliado al Partido Colorado. En
setiembre de 2007 convocó a los trabajadores de la Cooperativa de
Previsión Social (CPS) a una reunión. Talamás fue peluquero de esa
institución, pero hoy lo une otra relación, de fuerza económica.

La sorpresa de los trabajadores e integrantes de la cooperativa fue
mayúscula cuando llegó a la sede de la CPS en Rondeau y Colonia y
desenvainó de sus sobaqueras dos metralletas Uzi. Colocó las armas en
un mostrador de atención al público y les pidió a dos de sus cuatro
guardaespaldas que tomaran las armas.

Así lo hicieron.

Los trabajadores duros escucharon un discurso larguísimo en el que el
ex peluquero y hoy presidente de Cooperativa de Ahorro y Crédito de la
Seguridad Social (Cossac) les dijo que los iba a proteger de los
prestamistas que acosaron las finanzas de la CPS. Y se declaró en
guerra contra la Junta de Acreedores de la CPS.

¿Por qué este hombre llegó a tal extremo? La historia tiene decenas de
años. Resumidamente se puede afirmar que la CPS empezó a ser mal
gestionada en los años 90, cuando fue dependiendo cada vez más del
crédito bancario para sobrevivir. La CPS fue la cooperativa más grande
del sistema, con más de 250 funcionarios y 60.000 socios.

Metralla a la coope

En el 2004 la CPS firmó un concordato privado. Empezaron los problemas.
Como para muestra basta un botón, aquel año muchos afiliados se
quedaron sin sepelio cuando cayó el servicio fúnebre por el que habían
pagado durante años.

A la CPS los bancos de plaza no le querían prestar dinero. El
concordato fue aceptado por los acreedores que ingresaron a la
cooperativa formando la Junta de Acreedores, que pasó a centralizar la
grandísima mayoría de las decisiones, desplazando así al Consejo
Directivo. La Junta de Acreedores maneja al día de hoy aproximadamente
medio millón de dólares por mes que aportan los 21 mil socios de la
CPS; tienen que pagar sueldos y obligaciones básicas por unos 100.000
dólares.

Sin embargo, al día de hoy no han podido, o no han querido, según cómo
se lea, enfrentar las deudas con ellos mismos por 10 millones de
dólares. Sólo se pagó entre un 3% y un 5% del total del concordato. La
Auditoría Interna de la Nación (AIN) en un informe de setiembre aseguró
que los acreedores cobraron algo más de 46.000 pesos entre enero y mayo
del 2008.

Sin embargo, 32 millones de pesos (casi un millón y medio de dólares)
no pasaron por la CPS como correspondería, en una operativa habitual
entre 2006 y 2008 que consistía en que Fondalux, el segundo acreedor,
gestionaba directamente buena parte de los activos de la CPS,
contrariando las normativas legales. La AIN en su estudio señaló que no
hay documentación que respalde “pagos relacionados al concordato”.

Bombas de fragmentación Una vez cortado el crédito en la plaza
uruguaya, la Junta de Acreedores siguió pidiendo dinero a prestamistas
privados, entre ellos a Fondalux SA, que fue haciéndole acumular a su
favor el 37% de las deudas de la CPS en el 2005, el 57% en el 2006 y el
89% en el 2007.

El presidente del directorio de Fondalux es Peter Swartz, titular de la
casa cambiaria Shernu, una empresa que preside Sergio Hermida. Este
hombre es también uno de los integrantes de la Junta de Acreedores. A
su vez es uno de los empresarios que tienen bienes embargados por orden
de la DGI en el caso de la defraudación tributaria de Francisco Casal.

Desde el 2004 se modificaron los estatutos de la CPS, y contrariando
diversas normativas nacionales siguieron prestando dinero en efectivo,
actividad expresamente prohibida por ley para la CPS. Pero se creó una
empresa paralela, Cooprobien, que era presidida por gente afín a Mario
Natale, director de la CPS hasta que la Justicia intervino la
cooperativa, en setiembre del 2004. En la misma resolución la Justicia
puso un interventor a la CPS.

Natale fue removido de su puesto por el concordato de 10 millones de
dólares. Varias empresas le iniciaron juicios, ya que libraba cheques
sin fondos. Él y tres directivos más reunieron todas las causas en el
concordato. Entre los acusados estaba Luis Giamberini, que dirigió
Cooprobien antes de su intervención. Cooprobien es la firma que tiene
mayor porcentaje de participación en la Junta de Acreedores. Esta
cooperativa de préstamos está representada en la Junta por el
interventor del Poder Judicial. En un informe del 2004, la AIN, que
solicitó la intervención, aseguró que tanto la CPS como Cooprobien
tenían créditos cruzados, por eso pidió la intervención de las dos
empresas.

El caso penal cayó en la fiscalía de Elsa Machado, que en cuatro años
no ha pedido acusación al juez Juan Carlos Fernández Lecchini. Natale
se divorció recientemente de la fiscal Olga Carballo, quien presentó la
renuncia a la Fiscalía en la feria de judicial de julio. A Natale no se
lo ve desde hace tiempo en los ambientes que frecuentaba. En los
corrillos judiciales es vox populi que se fueron los dos a Nueva
Zelanda, donde están los hijos de Carballo, que trabajaban con Natale
en Montevideo.

El Consejo Directivo de la CPS empezó a pedir a las autoridades que se
removiera a la Junta Acreedora, ya que estaban pasando por encima de
los estatutos de manera flagrante. Finalmente los directivos
desplazaron de ciertas decisiones a los acreedores. La dirección de la
CPS está encabezada por personas que tienen lazos de primer grado
sanguíneo con los directivos de Cossac, que preside Talamás. Desde la
CPS, y a partir de la irrupción armada de Talamás, el negocio del
préstamo de dinero pasó a manos de Talamás y su “cooperativa”. Este
negocio es observado por la auditoría y está por fuera de los cometidos
sociales de la cooperativa de la previsión, que está tambaleando, por
lo que hay amplias posibilidades de que sea ocupada por sus
trabajadores.