ARGENTINA-URUGUAY: Aunque no se vea, el conflicto siempre es

dayrdan Jue Dic 18, 2008 11:59 pm

ARGENTINA-URUGUAY: Aunque no se vea, el conflicto siempre está

ARGENTINA-URUGUAY: Aunque no se vea, el conflicto siempre es 1694

Por Marcela Valente (*)

Si bien ingresó hace rato en un cono de sombra, el conflicto entre Argentina y Uruguay por la instalación de una planta de celulosa sobre un río limítrofe se mantiene latente y empaña las antiguas y excelentes relaciones bilaterales.

Desde hace dos años, habitantes de Gualeguaychú mantienen bloqueado día y noche la ruta de acceso al puente internacional Libertador General San Martín, que conecta esa oriental ciudad argentina con la uruguaya Fray Bentos, ubicada en las cercanías de la fábrica de pasta de celulosa de la firma finlandesa Botnia.
Los vecinos protestan por la existencia de la industria, desde que se conoció la iniciativa de instalara hace cuatro años, manifestando temor de que contamine el aire y el río Uruguay, que sirve de frontera común.
Subrayan que la radicación de esa planta industrial no tiene aval de la Comisión Administradora del Río Uruguay, que es la autoridad bilateral del río, una afirmación que es rechazada por Montevideo.
La planta se radicó en Uruguay cerca del río para tomar el agua que necesita para el proceso de lavado de insumos para la fabricación de pasta para producir papel. En ese curso fluvial también descarga los efluentes, tras un complejo tratamiento que evitan la contaminación según asegura la empresa y avalan las autoridades locales de control ambiental.
Cuando se inició el bloqueo permanente del puente hace dos años, los vecinos movilizados creían que era posible frenar la puesta en marcha de la fábrica. Meses antes, su campaña había logrado que otra gran inversión en el mismo rubro, de la firma española ENCE, se traslade aguas abajo, también en Uruguay, pero esta vez con aval de Buenos Aires.
Pero Botnia comenzó a producir hace un año y ya lleva exportadas más de 850.000 toneladas de pasta de celulosa. Informes aseguran que la producción se realiza sin contaminar el agua ni el aire, más allá de algunos episodios de mal olor en el arranque de la maquinaria.
A mediados de este año, cuando hacía seis meses que la planta funcionaba, la consultora internacional Ecometrix, a pedido de la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial, informó que "la calidad del agua del Río Uruguay no había cambiado como resultado de la operación de la fábrica".
La consultora había monitoreado el agua y el aire un año antes de la puesta en marcha y comparó esos datos con los obtenidos después de la apertura. Pero los integrantes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú, de esa ciudad, descreen de las conclusiones del informe de Ecometrix.
"La gente de Gualeguaychú sigue preocupada y el corte (del puente) sigue afianzado", dijo a IPS Alejandra Crimella, activista de la Asamblea. "En general sólo hay dos o tres vecinos en el corte porque no hay necesidad de que haya tanta gente de continuo, pero si hay algún problema vamos todos", afirmó.
Un abogado argentino, que meses atrás había logrado romper el bloqueo mediante una presentación judicial, intentó cruzar nuevamente el viernes, pero esta vez fue en vano. Se lo impidió una veintena de pobladores de la ciudad, que acudieron al llamado de los que estaban de guardia.
Crimella admitió que hay vecinos que preferirían suspender el bloqueo. Pero esa moción "no es la de la mayoría", aseguró. "Sabíamos que esta lucha iba a ser larga", remarcó. Los asambleístas no pretenden demostrar si la planta contamina o no sino simplemente sostienen que "no quieren" la fábrica frente al río.
El ex director de asuntos ambientales de la cancillería argentina Raúl Estrada Oyuela dijo a IPS que entiende "muy bien el sentimiento de frustración e impotencia de la gente de Gualeguaychú", pero el bloqueo "es contrario a la ley, enajena la buena voluntad de quienes deberían apoyar el reclamo y encona a la opinión pública uruguaya, que en su mayoría se abstiene de analizar las consecuencias negativas del proyecto y se limita a reclamar contra el corte".
En relación al vínculo bilateral, el ex embajador dijo que la situación "puede complicar seriamente la relación con Uruguay por más tiempo que la vida útil de la planta, estimada inicialmente en 50 años".
El gobierno argentino del entonces presidente Néstor Kirchner (2003-2007), dijo, "estuvo conciliador" con su par uruguayo, Tabaré Vázquez, e intentó una negociación que "Botnia frustró", pero que ahora "las cosas han empeorado".
"Debieran empezar unas acciones públicas y oficiales de esclarecimiento de los hechos ante la opinión pública, que sólo recibe propaganda de Botnia y expresiones de complacencia del gobierno uruguayo", añadió.
La postura intransigente de los pobladores, sumada a la decisión del gobierno argentino de apoyar ese movimiento de manera más o menos explícita según los momentos, mantiene en tensión la relación entre ambos gobiernos.
Uruguay reclama sin éxito a Argentina que ordene suspender el bloqueo de la ruta.
Desde 2004, el gobierno del entonces presidente Kirchner presionó para que Uruguay cambiara la localización de la planta. Al no obtener un resultado favorable a su reclamo, acudió a la Corte Internacional de Justicia de La Haya, donde podría conocerse una sentencia sólo en 2009 ó 2010.
El tribunal, que rechazó pronunciarse en forma precautoria, deberá decidir si Uruguay violó o no el Tratado del Río Uruguay firmado por ambos países en 1975 y que obliga a someter los emprendimientos en sus orillas a la comisión administradora.
Al mismo tiempo, Kirchner respaldó el reclamo de los asambleístas y declaró en un acto político de apoyo a los vecinos que la causa contra las fábricas celulósicas en la ribera del río Uruguay sería "una causa nacional".
Con la asunción como presidenta de Cristina Fernández, esposa de Kirchner en diciembre de 2007, surgieron expectativas de un nuevo gesto que contribuyera a generar un clima de entendimiento entre ambos países, pero ese gesto nunca llegó.
A un año de la nueva administración, el sociólogo y doctor en ciencias políticas argentino Vicente Palermo, co-compilador del libro "Del otro lado del río: Ambientalismo y Política entre Uruguayos y Argentinos", no parece optimista.
"Los informes técnicos indican que la planta está cumpliendo con las normas, o sea que no sólo no se confirmaron las predicciones catastrofistas de los vecinos sino que la fábrica no creó problema alguno", remarcó Palermo, en diálogo con IPS.
"Lo que quedó –en la protesta de Gualeguaychú-- es un grupo minoritario que tiene una actitud casi religiosa y que ha perdido respaldo, pero no hay decisión política de remover el bloqueo", observó.
"El gobierno argentino está cruzado de brazos, empecinado", calificó el experto. "Cree que esperando el fallo de la corte de La Haya pierde menos, pero sigue perjudicando con esa actitud la relación bilateral con Uruguay", advirtió.
Palermo aludió así al veto de Uruguay a la candidatura de Kirchner a la secretaría general de la Unión de Naciones Sudamericanas. El gobierno izquierdista de Tabaré Vázquez fue el único que hizo explícito su rechazo a la postulación del dirigente argentino para liderar ese bloque.
El canciller de Uruguay, Gonzalo Fernández, admitió que hay otros países --a los que no identificó-- que también rechazan la candidatura de Kirchner, pero "resolvieron que Uruguay haga el gasto".
El funcionario explicó que el motivo principal del rechazo es la tolerancia de Kirchner y de su esposa al bloqueo de la ruta de acceso a su país. Y explicó que el malestar demora el trabajo de dragado que correspondería hacer en el canal de la isla Martín García, en el Río de la Plata, que también comparten Argentina y Uruguay.

(*) Periodista. Argentina.