EL SALVADOR CAMBIO HISTORICO

Este lunes 1º. Junio tomará el gobierno salvadoreño, un partido
político que a través de la guerrilla resistió los embates fascistas
promovidos por las dictaduras militares, auspiciadas por EE.UU.
Organización que también promovía la revolución socialista. Hoy
integrado al sistema legal de partidos, el Frente Farabundo Martí para
la Liberación Nacional (FMLN), se apresta a gobernar encabezado por un
famoso comunicador transformado en dirigente político: Mario Funes.
Finalizada la era Bush, las reacciones en EE.UU. son ahora distintas.
El presidente Obama en vez de hostigar, optó por felicitar
inmediatamente a Funes luego del triunfo y enviar a la secretaria de
Estado Hillary Clinton a la ceremonia de transmisión de mando. El
futuro ministro de Relaciones Exteriores, Hugo Martínez, asegura que El
Salvador tendrá con Estados Unidos una relación “de equidad”, tomando
distancia de la histórica dependencia el pequeño país centroamericano
del poder imperial. Pautando esto, se anunció que nunca más soldados
salvadoreños combatirán en guerras ajenas, como ocurrió en la ocupación
militar de Irak. “El Salvador mantiene en pie su compromiso de
participar en operaciones de paz. Pero será en operaciones de paz, no
de guerra”, subrayó Martínez. Otro cambio significativo será la
reanudación de relaciones diplomáticas con Cuba, que permanecían rotas
desde los años 60. Funes, de 49 años, fue reportero de guerra y
conductor de un programa de entrevistas. Desde que fue proclamado como
candidato encabezó las encuestas llevando al FMLN al gobierno por
primera vez, desde que en 1992 depusiera las armas. Como ha ocurrido en
procesos similares, el Frente fue cambiando su rostro y moderando su
discurso para llegar al Ejecutivo. El presidente electo se ha declarado
un seguidor del arzobispo mártir, monseñor Oscar Arnulfo Romero,
asesinado por escuadrones de la muerte cuando oficiaba misa el 24 de
marzo de 1980. De allí que ha prometido gobernar con una "opción
preferencial por los pobres". En diálogo con periodistas extranjeros,
manifestó que la derecha teme que "acabe con la estructura de
privilegios y con el libertinaje que ha prevalecido en algunos grupos
empresariales que han secuestrado el Estado y lo han estado utilizando
para beneficio propio".