PLAN SECRETO DE LA CIA PARA MATAR TERRORISTAS

WASHINGTON.- Un programa secreto de inteligencia cancelado el mes pasado por el director de la CIA, Leon Panetta, apuntaba a descubrir y luego capturar o matar a los líderes de Al-Qaeda de manera directa y próxima, en vez de hacerlo por medio de bombardeos aéreos que pudieran ocasionar bajas civiles, según dijeron ayer funcionarios del gobierno interiorizados de los detalles de la operación.
Los funcionarios, que hicieron declaraciones con la condición de que se mantuviera su nombre en reserva, dijeron que el programa del organismo de espionaje nunca llegó a aplicarse.
Panetta canceló el programa el 23 de junio, tras enterarse de su existencia, de que no había producido ningún resultado y de que el Congreso no había estado al tanto de su puesta en marcha desde el momento en que el programa fue concebido, en 2001, según reveló un funcionario con conocimiento directo del plan.
Ese funcionario afirmó que el entonces presidente George W. Bush autorizó que se diera muerte a los líderes de Al-Qaeda poco después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 y que se había informado al Congreso.
Sin embargo, agregó el funcionario, Panetta también les dijo a los miembros del Congreso que, según las notas que había recibido sobre los primeros meses del programa, el entonces vicepresidente Dick Cheney había ordenado a la CIA que no le diera al Congreso datos específicos del programa secreto.
Panetta afirmó ante los comités parlamentarios que no había ninguna señal de nada ilegal o inadecuado en el programa, agregó el funcionario.
Desde 2001, los directores de la CIA estuvieron de acuerdo con la decisión de Cheney de no informar al Congreso porque la operación, altamente confidencial, nunca dispuso de la información de inteligencia necesaria para matar siquiera a un líder y no fue considerada una operación encubierta, según un ex funcionario de inteligencia.
El Congreso tiene derecho a estar informado de todo lo que hace la CIA, pero el presidente puede limitar por ley la cantidad de personas informadas sobre las operaciones encubiertas a los cuatro miembros de mayor nivel de ambos partidos, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, y a los miembros de mayor nivel de los comités de inteligencia.
Los demócratas del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes están presionando para conseguir una reforma legal que exigiría que el presidente informara a ambos comités completos con mayor frecuencia, pero la Casa Blanca amenazó con vetar la propuesta.
The Wall Street Journal fue el primer medio que informó ayer que el programa secreto era un plan para matar o capturar agentes de Al-Qaeda. Añadió que la CIA gastó dinero en la planificación y tal vez en entrenamiento para el programa altamente secreto, pero que nunca se puso en funcionamiento activo.
Casi todos los esfuerzos destinados a matar a los líderes de Al-Qaeda, que, según se creía, se ocultaban en la turbulenta región fronteriza del oeste de Paquistán, se hicieron mediante aviones teledirigidos, porque es una región bastante inaccesible, controlada por tribus armadas y casi siempre hostiles. Esos ataques periódicos han matado y herido a civiles inocentes y han provocado gran furia en Paquistán.
El funcionario gubernamental dijo que el programa de la CIA estaba destinado a evitar esos daños colaterales. Panetta reveló el programa a los comités de inteligencia de la Cámara de Representantes y el Senado en reuniones de emergencia, el 24 de junio, en las que les dijo que había iniciado una investigación interna con el propósito de determinar por qué el Congreso, y él mismo, no habían sido informados antes.
Su revelación privada desencadenó un huracán de protestas por parte de los miembros demócratas del comité de inteligencia de la Cámara de Representantes, que acusaron a la CIA de mentirle al Congreso. Posible investigación
La afirmación de que Cheney ordenó que el programa no se comunicara al Congreso se produjo en momentos en que el fiscal general Eric Holder considera la posibilidad de iniciar una investigación criminal de las posibles torturas infligidas por la CIA.
Un funcionario del Departamento de Justicia, que habló con la condición de anonimato, le dijo a AP que Holder decidirá en las próximas semanas si designará un fiscal para que investigue las crueles prácticas de interrogatorio empleadas por la administración Bush.
La designación de un fiscal en lo criminal seguramente provocará disputas partidarias que podrían significar una distracción de los esfuerzos de Obama destinados a impulsar la reforma de los sistemas de salud y de energía.