Baxter. Living La Vida Loca

Baxter. Living La Vida Loca
Por Daniel Figares

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Hace poco más de un mes atrás escribí lo que sigue sobre el embajador norteamericano, que me parece importantísimo poder colgar acá...

Lo de los diplomáticos son las fiestas, sin duda alguna. Recepciones, reuniones de negocios, contribuciones, eventos de beneficencia. Y tirar alguna línea a la gilada... Sobre todo si sos el diplomático número uno de tu país y tu país es una potencia mundial. Algo así como ser embajador de los Estados Unidos. Y acá, en Uruguay...
Y no sé si no habrá sido casualmente en alguna fiesta que se hizo (o se consiguió) la nota que apareció en el semanario de derechas Búsqueda, hace unos días atrás. En la entrevista publicada, el embajador de “Estados Unidos en Montevideo” (como ponen en Búsqueda) Frank Baxter opinó sobre nuestro terruño, y nos dejó algunas lecciones de vida...

Las opiniones del Mister se resumen correctamente desde el título: “Uruguay debe abrirse al mundo y no sólo a la región, e incluir a los empresarios en la educación”. En el colgado se especifica: “Ustedes necesitan más ingenieros de software, investigadores en biotecnología y más emprendedores y menos estudiantes cursando carreras como Abogacía, Ciencias Económicas, Arquitectura y Medicina” (¡¡que no lo lean esto los niños, x favor!!); y se cierra de manera contundente: “Hagamos saber a los jóvenes que existe un futuro brillante y que la libre empresa es la plataforma para la justicia social”(¡?).

Desgranando sus sinapsis, Baxter opina que para Uruguay es “importante reducir la dependencia en cuanto a la importación de crudo; al respecto, los biocombustibles podrían llegar a tener un brillante futuro en Uruguay”. Más adelante apunta: “X otro lado, un país necesita tener una economía local vibrante, con inversión local y generación de nuevos negocios. Forestación, logística, turismo, un sector tecnológico en vías de expansión, son todas áreas en las que Uruguay tiene un gran potencial. Generalmente es más fácil expandir una inversión ya existente que comenzar un nuevo emprendimiento. Algunos inversores también podrían pensar en combinaciones de sectores ya existentes, como x ejemplo el turismo médico, otra área en la cual Uruguay podría llegar a destacarse. Asimismo –continua diciendo-, su ubicación estratégica lo hace atractivo como sede de compañías internacionales, debiendo prestarse mucha atención a los procesos burocráticos, los que deben ser sumamente ágiles”.

Como consejo para atraer nuevas inversiones dice que se “centraría en las áreas de servicios, software, biotecnología, logística, servicios financieros y call centers.” Y, después, como para encajar un broche de oro, el mister le entra a la educación: “Tanto la educación como la reforma de la educación son un esfuerzo de toda la comunidad que no puede ser sólo manejado x el gobierno, los profesores y los maestros. Y en este sentido, creo que es vital la participación de la comunidad empresarial. Al fin y al cabo, son los empresarios quienes conocen la calificación de los trabajadores que precisarán contratar y en las áreas en que son más necesarios. El énfasis debe ser puesto en el entrenamiento de una fuerza laboral para los empleos del siglo XXI. Existe un desafío mundial que es el de preparar trabajadores de cara a una economía del conocimiento. En el futuro habrá cada vez menos trabajos para personas sin entrenamiento. Ustedes necesitan más ingenieros de software, investigadores en biotecnología y más emprendedores y menos estudiantes cursando carreras como Abogacía, Ciencias Económicas, Arquitectura y Medicina.” (Yo creo que lo que necesita el embajador es otro cocktail.) Fue entonces que lo soltó: “Hagamos saber a los jóvenes que existe un futuro brillante y que la libre empresa es la plataforma de la justicia social.” Ahí esta, el dogma neoliberal x excelencia. La Biblia del Capital Feroz. Esto es lo que los yanquis venden x ‘american way of life’. Aunque muchas de estas cosas no son las que ellos mismos compran.

Para Baxter, nosotros tenemos que organizar Turismo Médico, pero no que sacar doctores de la Facultad de Medicina. Ve a los estudiantes ya como una fuerza laboral, una masa que debe ser moldeada a gusto de quienes están en la punta de la pirámide empresarial, como si estar encima les diera una sabiduría que poco tiene que ver con la de Albert Einstein, sino que es más bien parecida a la sabiduría corporativa de los business de los Morgan, los Mc Namara o los Rockefeller. (Anótese que algunos de estos siniestros ricachones son salidos de Harvard con títulos en economía, lo que no quiere el mister que se estudie acá.) Lo que quiere lo dijo bien clarito: un Uruguay corporativo, con las grandes empresas (emporios comerciales y financieros que para nada generan justicia social) plenamente instaladas, sin tanta burocracia, o sea menos controles, algunos de ellos detalles para abogados, de los que aconseja que no haya más.

X supuesto que nos ve con la forestación al mango, y comiendo nafta mientras el maíz o el azúcar para la cena están entrando en el carburador de su 4 x 4; y que se encargó muy bien de decir que apoya a Botnia y “que la planta no habrá de contaminar”, eufemismo con el que se sale del paso habitualmente, cuando lo que debería decirse, para ser correctos en puridad, es que la planta no contaminará más que los limites ya establecidos en las normativas al respecto de manejo internacional. X que como todo emprendimiento industrial tiene un grado de contaminación que el tiempo nos dirá hasta donde hará daño, y que tipo de daño será. (X otra parte ha existido ya una evolución en torno a la tecnología usada x este tipo de industrias, lo que ha ido reduciendo los topes, pero no se está en cero, x cierto, ni mucho menos. La propia Facultad de Ciencias elaboró una proyección que prevenía de “efectos sub-letales” para la región. Para decirlo con todas las letras: no existe un proyecto industrial de esta naturaleza que no contamine.)

Qué lástima que para cuando dijo estas cosas las bolsas de valores del mundo ya se habían derrumbado, su propio país tuvo que bajar las tasas de interés (¡¡¡Finalmente bajando casi al 2%!!!), el dólar se caía como nunca en las últimas tres décadas, y los Estados Unidos, la cuna de todos sus consejos, se apresta a vivir una recesión fuerte, que va a manchar a todo el mundo con su negrura. Para nada brillante, a decir verdad.
Ya en 1973, en Londres, un yanqui, William Burroughs, reflexionaba sobre el planeta: “Cuando comenzó la ruina del Imperio Romano, no era posible llegar de aquí (Londres) a Cambridge (a unos cien kilómetros). De manera que todo esto se sostiene todavía, pero la cuestión es cuánto tiempo podrá sostenerse aún, sin unas medidas que ningún político se atrevería a tomar.”

La pregunta sigue vigente... ahora... ¿quién querría el consejo del enviado de un emperador caído en desgracia?