Costos políticos diferentes para el Frente, Vázquez y Astori

IRPF: costos políticos diferentes para el Frente, Vázquez y Astori
Tiempo. El presidente medita en calma una salida que lo deje bien parado

LORELEY NICROSI
"El presidente Vázquez está tranquilo", aseguran sus allegados. Mientras medita cual será el mejor camino para salir del traspié del fallo de la Corte, Astori mide los costos políticos que tendrá para su eventual postulación presidencial.
En medio del desconcierto y el desánimo que ganó a gran parte del gobierno por el fallo de la Suprema Corte de Justicia respecto a la inconstitucionalidad del IRPF, el presidente Tabaré Vázquez trasmitió que no actuará en forma precipitada y que aguardará a conocer otros pronunciamientos judiciales para determinar el rumbo.
En ese marco, el mandatario analiza las posibles alternativas a seguir en base a informes pedidos a economistas asesores, que no integran la égida de Astori, para luego evaluar las propuestas que le realice, con sus números y sus ideas, el propio líder de Asamblea Uruguay.
La calma del mandatario se basa en que sabe que más allá que el fallo de la Corte significa el primer gran partido perdido en tres años de gestión, el tema no incidirá en forma relevante en su administración si la solución que se adopte es adecuada y se ajusta a su compromiso de gobernar "con la Constitución en la mano". Hasta ahora siempre que laudó, ganó.
Mientras la intención de voto de la ciudadanía disminuye para el Frente Amplio, el nivel de popularidad del mandatario se mantiene inalterable. En su actitud pesa además la decisión de no tener -por el momento- más aspiraciones políticas que culminar satisfactoriamente su gestión, mientras otros dirigentes, y en especial Astori, tienen en juego su futuro electoral.
Aunque la reforma tributaria fue una de las banderas que el Frente Amplio más levantó para acceder al gobierno, Vázquez no ignora las controversias que la propuesta despertó en el oficialismo y las resistencias que hubo por parte de los legisladores de la coalición a aprobar la propuesta de Astori. Por ello, el presidente asumió como propias otras iniciativas vinculadas al área de la salud, la innovación tecnológica y en especial el Plan Ceibal, temas menos urticantes y más populares que una reforma tributaria.
Pese a que todos los miembros del Consejo de Ministros aprobaron la propuesta de reforma tributaria promovida por Astori, y todos los legisladores oficialistas levantaron la mano para aprobar la propuesta, en el gobierno y en la izquierda se admite que el mayor costo de un fracaso del IRPF, recaerá en el ministro de Economía.
En conversaciones informales varios legisladores recuerdan las dificultades que tuvieron con el equipo económico, para subir la franja de las pasividades que pasarían a tributar el IRPF, como así el rechazo de Astori a mantener la tasa del 30% del IRAE a cambio de elevar el mínimo no imponible a los activos, ampliar el margen de las deducciones por hijos y gravar "más el capital".
Si bien en el Frente Amplio defienden la filosofía y el objetivo que persiguió la reforma, para apuntar a un sistema tributario "más justo", la sensación térmica de parte de la población contra el IRPF no le es ajena a la mayoría de los dirigentes de la coalición, que temen que por "intransigencia" de Astori, se ponga en riesgo el resultado electoral de 2009.
La inquietud de los grupos y el propio olfato político de Vázquez, llevaron al presidente a anunciar el pasado 10 de marzo en Paso de los Toros que los cambios a la reforma comenzarían a evaluarse en julio. La decisión del mandatario llevó al ministro de Economía a tener que rebobinar y a dejar por el camino su idea de incluir en la Rendición de Cuentas las modificaciones, para que entraran en vigencia en enero de 2009.
Mientras Vázquez medita, Astori espera una "sucesión de fallos" para ver si existe contradicción en el criterio judicial y así mantener la ley que grava las jubilaciones. En tanto, el líder tupamaro José Mujica intenta capitalizar electores con sus giras por el interior.
Por su parte, el resto de los sectores de la coalición, con el conocimiento de Vázquez, comenzaron a acelerar los contactos en busca de una alternativa electoral para el Frente, sin la polarización o la alianza Astori-Mujica.