Fray Bentos El esplendor se terminó 2
Página 1 de 1.
Fray Bentos El esplendor se terminó 2
Fray Bentos El esplendor se terminó 2
Además desde la construcción ya son varias las voces que reclaman una legislación que obligue a emplear una cierta cantidad de mano de obra local a las empresas extranjeras que quieran instalarse en el departamento. Pero desde la Intendencia la posibilidad se descarta de plano. "Ahí chocamos de plano con la legislación nacional. Eso existe para las obras públicas, pero no para las privadas", explicó Lafluf.
En Fray Bentos las obras escasean y muchos preparan el viaje a Conchillas buscando repetir el sueño. Durante la construcción de Botnia, los jornales de los obreros llegaban a 650 pesos, incluidos ticket alimentación y viáticos. Entonces todo fraybentino tenía un conocido trabajando en la planta. Hoy queda menos del 10% de la mano de obra que existía con un sueldo que oscila entre los 350 y 450 pesos dependiendo de la categoría. Y muy poca gente sabe de amigos que trabajen allí. "Por lo menos arriba de los 1.500 obreros se van para Conchillas", dijo Campero. Y eso a pesar de que el intendente de Colonia, Walter Zimmer, ya anunció que la mayor partede la mano de obra no calificada que necesitará Ence será de su departamento.
Victor Da Costa es uno de los que preparan las valijas. Con sus 33 años consiguió trabajo durante la construcción de Botnia y luego obtuvo un puesto en Saceem, una de las empresas que trabaja con Botnia, en el sector de carpintería y construcción. En la planta está desde las 6 hasta las 20 horas y gana 400 pesos por día. En dos meses vence su contrato y él está decidido a dejar a su familia en Fray Bentos y viajar hasta Conchillas. "Todo lo que empieza, se termina. Yo en dos meses marcho a salir a buscar trabajo", dijo. El resto quedará como Campero, quien cuando concedió esta entrevista se encontraba pintando un zaguán de una casa a dos cuadras de la avenida principal. Pero las "changas" cada vez son menos. "Cuando Botnia la gente podía pagar. Trabajando en la planta, no tenía tiempo para hacer las cosas de la casa", recordó.
Aunque los espejismos del auge que terminó todavía se sienten, lo que es consensuado entre los fraybentinos es que su ciudad no es la misma que al cierre del frigorífico Anglo. "Naturalmente nos hubiera encantado seguir con aquél ritmo de vida, eso se descuenta, pero la realidad es ésta", dijo a Qué Pasa Leopoldo Cayrús, presidente de la Asociación comercial e industrial de Río Negro (Acirn) que abarca a 200 empresarios fraybentinos. "No podemos mirar la escalera entera, sino el escalón que subimos gracias a Botnia", agregó. Para Cayrús el foco debe estar en la permanencia de grandes cadenas como Ta-Ta, Grandes Tiendas Montevideo, Macri Calzados, rentadoras de autos y consultoras, todos rubros de los que Fray Bentos carecía. "Eran empresas que por ahí estaban en otras ciudades del interior y nosotros no éramos considerados", señaló.
Pero también allí se sintió la merma. En Grandes Tiendas Montevideo, ubicada sobre la avenida 18 de Julio, las ventas bajaron por lo menos un 20%. La cantidad de empleados se mantuvo, pero el trabajo disminuyó. Antes cada vendedora atendía a tres o cuatro clientes, pero un lunes a las 16 horas el local está casi desierto. Algo similar ocurre en Ta-Ta, donde las ventas bajaron a la mitad, según fuentes consultadas.
En la rentadora de autos Avis el trabajo continúa, pero lo que cambió es el tipo de clientes. Durante la construcción de la planta de Botnia era habitual ver extranjeros solicitando contratos anuales. Hoy lo que queda es el cliente fraybentino, que alquila el vehículo más barato por tres o cuatro días, como mucho por una semana.
Uno de los cambios ubicados en la avenida principal llegó junto con Botnia. La expectativa de la gerencia era trabajar con moneda argentina, dado que Fray Bentos es una ciudad fronteriza. El piquete impidió ese tipo de transacciones, pero igualmente se realizaban 200 operaciones diarias de las cuales un 80% eran de extranjeros y por montos mayores a los de los fraybentinos. Hoy con suerte llegan a la mitad; al gerente lo trasladarán a Colonia porque allí es más útil.
Quienes mantienen una actitud positiva son los dueños de hoteles y restaurantes. Para ellos el negocio todavía se mantiene en niveles aceptables. El restaurante La Juventud facturaba 20.000 pesos diarios. Hoy rondan los 10.000. El negocio abrió a la par de la planta de celulosa, en 2006 y para su dueña, Blanca Rainieri, la diferencia la hicieron los clientes extranjeros. Es que un menú finlandés para dos personas, caracterizado por comidas picantes y mucho alcohol, le significaba unos 1.800 pesos como mínimo mientras que el cliente fraybentino gasta 150 pesos y a regañadientes. "Los finlandeses no se fijan en los precios. Cuando yo abrí tenía una carta muy sencilla con milanesa, papas fritas, tallarines y ravioles. Muy uruguaya. Pero tuve que empezar a hacer otras cosas", dijo Rainieri. Hoy en su carta todavía figura el salmón, comida predilecta de los fineses, y el ratatouille, un plato francés a base de verduras. Pero a las 21 de un lunes hay 20 personas, la mitad extranjeros, y más de 10 mesas vacías. De los 14 empleados que había en el restaurante, quedan cinco. "El fondo lo llegué a tener lleno de cerveza. Comprábamos 20 o 25 casilleros y hoy por semana compro 10. Ahora cenan en las casas", dijo.
Es que durante la construcción de Botnia fueron los obreros los que llegaron a la ciudad a hospedarse en las 108 casas que Botnia construyó en un terreno cedido por el Ministerio de Vivienda a la Intendencia de Río Negro. "Las viviendas quedaron en propiedad de la Intendencia. Con eso se va a crear un fondo departamental, se las vamos a vender al Ministerio de Vivienda y una parte irá para los jubilados", dijo el intendente Lafluf.
Además desde la construcción ya son varias las voces que reclaman una legislación que obligue a emplear una cierta cantidad de mano de obra local a las empresas extranjeras que quieran instalarse en el departamento. Pero desde la Intendencia la posibilidad se descarta de plano. "Ahí chocamos de plano con la legislación nacional. Eso existe para las obras públicas, pero no para las privadas", explicó Lafluf.
En Fray Bentos las obras escasean y muchos preparan el viaje a Conchillas buscando repetir el sueño. Durante la construcción de Botnia, los jornales de los obreros llegaban a 650 pesos, incluidos ticket alimentación y viáticos. Entonces todo fraybentino tenía un conocido trabajando en la planta. Hoy queda menos del 10% de la mano de obra que existía con un sueldo que oscila entre los 350 y 450 pesos dependiendo de la categoría. Y muy poca gente sabe de amigos que trabajen allí. "Por lo menos arriba de los 1.500 obreros se van para Conchillas", dijo Campero. Y eso a pesar de que el intendente de Colonia, Walter Zimmer, ya anunció que la mayor partede la mano de obra no calificada que necesitará Ence será de su departamento.
Victor Da Costa es uno de los que preparan las valijas. Con sus 33 años consiguió trabajo durante la construcción de Botnia y luego obtuvo un puesto en Saceem, una de las empresas que trabaja con Botnia, en el sector de carpintería y construcción. En la planta está desde las 6 hasta las 20 horas y gana 400 pesos por día. En dos meses vence su contrato y él está decidido a dejar a su familia en Fray Bentos y viajar hasta Conchillas. "Todo lo que empieza, se termina. Yo en dos meses marcho a salir a buscar trabajo", dijo. El resto quedará como Campero, quien cuando concedió esta entrevista se encontraba pintando un zaguán de una casa a dos cuadras de la avenida principal. Pero las "changas" cada vez son menos. "Cuando Botnia la gente podía pagar. Trabajando en la planta, no tenía tiempo para hacer las cosas de la casa", recordó.
Aunque los espejismos del auge que terminó todavía se sienten, lo que es consensuado entre los fraybentinos es que su ciudad no es la misma que al cierre del frigorífico Anglo. "Naturalmente nos hubiera encantado seguir con aquél ritmo de vida, eso se descuenta, pero la realidad es ésta", dijo a Qué Pasa Leopoldo Cayrús, presidente de la Asociación comercial e industrial de Río Negro (Acirn) que abarca a 200 empresarios fraybentinos. "No podemos mirar la escalera entera, sino el escalón que subimos gracias a Botnia", agregó. Para Cayrús el foco debe estar en la permanencia de grandes cadenas como Ta-Ta, Grandes Tiendas Montevideo, Macri Calzados, rentadoras de autos y consultoras, todos rubros de los que Fray Bentos carecía. "Eran empresas que por ahí estaban en otras ciudades del interior y nosotros no éramos considerados", señaló.
Pero también allí se sintió la merma. En Grandes Tiendas Montevideo, ubicada sobre la avenida 18 de Julio, las ventas bajaron por lo menos un 20%. La cantidad de empleados se mantuvo, pero el trabajo disminuyó. Antes cada vendedora atendía a tres o cuatro clientes, pero un lunes a las 16 horas el local está casi desierto. Algo similar ocurre en Ta-Ta, donde las ventas bajaron a la mitad, según fuentes consultadas.
En la rentadora de autos Avis el trabajo continúa, pero lo que cambió es el tipo de clientes. Durante la construcción de la planta de Botnia era habitual ver extranjeros solicitando contratos anuales. Hoy lo que queda es el cliente fraybentino, que alquila el vehículo más barato por tres o cuatro días, como mucho por una semana.
Uno de los cambios ubicados en la avenida principal llegó junto con Botnia. La expectativa de la gerencia era trabajar con moneda argentina, dado que Fray Bentos es una ciudad fronteriza. El piquete impidió ese tipo de transacciones, pero igualmente se realizaban 200 operaciones diarias de las cuales un 80% eran de extranjeros y por montos mayores a los de los fraybentinos. Hoy con suerte llegan a la mitad; al gerente lo trasladarán a Colonia porque allí es más útil.
Quienes mantienen una actitud positiva son los dueños de hoteles y restaurantes. Para ellos el negocio todavía se mantiene en niveles aceptables. El restaurante La Juventud facturaba 20.000 pesos diarios. Hoy rondan los 10.000. El negocio abrió a la par de la planta de celulosa, en 2006 y para su dueña, Blanca Rainieri, la diferencia la hicieron los clientes extranjeros. Es que un menú finlandés para dos personas, caracterizado por comidas picantes y mucho alcohol, le significaba unos 1.800 pesos como mínimo mientras que el cliente fraybentino gasta 150 pesos y a regañadientes. "Los finlandeses no se fijan en los precios. Cuando yo abrí tenía una carta muy sencilla con milanesa, papas fritas, tallarines y ravioles. Muy uruguaya. Pero tuve que empezar a hacer otras cosas", dijo Rainieri. Hoy en su carta todavía figura el salmón, comida predilecta de los fineses, y el ratatouille, un plato francés a base de verduras. Pero a las 21 de un lunes hay 20 personas, la mitad extranjeros, y más de 10 mesas vacías. De los 14 empleados que había en el restaurante, quedan cinco. "El fondo lo llegué a tener lleno de cerveza. Comprábamos 20 o 25 casilleros y hoy por semana compro 10. Ahora cenan en las casas", dijo.
Es que durante la construcción de Botnia fueron los obreros los que llegaron a la ciudad a hospedarse en las 108 casas que Botnia construyó en un terreno cedido por el Ministerio de Vivienda a la Intendencia de Río Negro. "Las viviendas quedaron en propiedad de la Intendencia. Con eso se va a crear un fondo departamental, se las vamos a vender al Ministerio de Vivienda y una parte irá para los jubilados", dijo el intendente Lafluf.
VOLTAIRE- Cantidad de envíos : 981
Fecha de inscripción : 02/12/2007
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.