Denuncian trasnacionales celulósicas x impactos ambientales!

Noticia de Radio Mundo Real
30/05/2008 | Entrevistas | Soberanía Alimentaria y Transgénicos | Enlazando Alternativas 3
Denuncian a trasnacionales celulósicas por impactos ambientales, sociales y económicos en el Cono Sur



Uno de los casos que se planteó en el Tribunal Permanente de los Pueblos -que tuvo lugar a mediados de mayo en Lima, Perú-, consistió en exponer el problemático modelo productivo que se está configurando en el Cono Sur de América Latina por la instalación de varias fábricas de producción de pasta de celulosa. Según constaba en la denuncia, este modelo se basa en destinar grandes extensiones de tierra a los monocultivos forestales, materia prima para la producción de celulosa, generando “una serie de impactos negativos en materia económica, social, ambiental y de soberanía tanto política como alimentaria”.
En este contexto se instalan en Uruguay la finlandesa Botnia, la española ENCE y la sueco-finlandesa Stora Enso, entre otras transnacionales.
Sebastián Valdomir, de la organización ambientalista uruguaya REDES (que forma parte de la federación Amigos de la Tierra Internacional), contó en entrevista con Radio Mundo Real de qué se trataba la denuncia presentada contra estas tres trasnacionales.
“Estas tres empresas están de alguna forma fuertemente instaladas en el Uruguay actualmente, controlando grandes extensiones de tierra para la producción de pasta de celulosa para la exportación hacia los mercados del norte, donde se procesa la elaboración de papel”, señaló Valdomir, y agregó: “estas empresas han generado y consolidado un gran poder sobre nuestros territorios, sobre nuestros países, y en el caso de Uruguay están no sólo teniendo un poder político importante, un poder económico importante –ya que son empresas trasnacionales de gran porte-, sino que también están teniendo un poder de determinar las políticas ambientales y las políticas productivas que Uruguay de alguna manera trata de llevar adelante”.
Valdomir indicó además que desde fines de 2007 Botnia había instalado y tenía en funcionamiento una mega planta de celulosa en Uruguay, generando un efecto de atracción hacia otras empresas para hacer lo mismo en territorio uruguayo.
Por otra parte, el activista habló sobre los graves impactos ambientales que acarrea la forestación promovida por estas empresas (principalmente sobre los suelos y sobre las napas subterráneas de agua), y también sobre los impactos sociales y políticos, ya que el funcionamiento de estas compañías está amparado por tratados internacionales de protección de inversiones que las protegen de cualquier tipo de demandas.
“Por ende, hay un impacto sobre la soberanía de nuestros países al aplicar políticas ambientales más restrictivas, políticas más rígidas sobre los recursos naturales finitos como la tierra y el agua, y también impactos sobre la mano de obra, en las plantaciones trabaja mano de obra tercerizada, con malas condiciones y en estado precario, sin derecho a la sindicalización, sin derecho a derechos laborales mínimos establecidos, que son estándares que en sus países del norte, en los países europeos, están obligadas a cumplir”, indicó Valdomir.
Por ello, señaló que estas empresas desde hacía varios años se habían posicionado estratégicamente en el Sur debido a las riquezas de sus territorios en recursos naturales y debido a su legislación más laxa, a lo que se agrega que estas empresas están amparadas por tratados de protección de inversiones.
Afirmó que lo que se esperaba era que el Tribunal Permanente de los Pueblos declarara culpables a estas empresas y las hallara responsables de aplicar un modelo productivo destructor de los recursos naturales, injusto desde el punto de vista ambiental social y económico; a su vez, indicó que también se esperaba ampliar la estructura de alianzas - incorporando otras organizaciones y situaciones en donde los monocultivos están impactando sobre los derechos de los pueblos-, y se buscaba además impactar sobre la situación especial que regula la actividad de las empresas celulósicas, para que se les apliquen los mismos estándares que se les adjudican en sus países de origen.
Foto: Radio Mundo Real

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