España: Los taladores inician la segunda semana de huelga

TORRELAVEGA

Los taladores inician la segunda semana de huelga y Sniace entra en regulación

El sector de trabajadores de montes quiere la fijación de su jornada laboral Las fábricas de celulosa y fibra van parando la producción por falta de madera

N. BOLADO

El parque de madera de Sniace no tiene prácticamente madera. / P.




Los trabajadores de montes -taladores- inician hoy lunes la segunda semana de huelga al tiempo que la empresa Sniace comienza a hacer efectivo el expediente de regulación de empleo que se aplicará paulatinamente en cuanto dejen de producir las fábricas de celulosa y fibra. Si el paro continúa, y no entra la madera en la fábrica, irán cerrando, como consecuencia, las demás producciones que dependen de la celulosa, Lignotech y Papelera del Besaya (ésta no pertenece a Sniace).

Se sabe que las huelgas de los taladores suelen ser prolongadas y duras, así se vivió en el año 1989 y en 2005, pero en esta ocasión ¿qué mantiene a estos trabajadores en paro? La respuesta la da Jesús Cos, del sindicato Comisiones Obreras, desde 1989, única central representada en este sector que, en Cantabria, da trabajo a unas 400 personas adscritas a las empresas madereras o que precisan de madera para su funcionamiento (las más importantes Boscan-Sniace y Armando Álvarez).

Según Cos el único punto de divergencia real y 'fuerte' que existe en sus reivindicaciones, las otras asegura que son negociables, es la fijación de la jornada laboral para estos trabajadores. Ellos cumplen su labor en el monte (donde les envíen) y, según explican, las empresas consideran que la jornada laboral de ocho horas se inicia cuando los taladores llegan al monte y finaliza cuando salen de él, de manera que, al tener que moverse por distintos montes de Cantabria, el tiempo que emplean en llegar al monte y en regresar (según donde esté situado puede haber hasta dos horas de trayecto) no se considera horario laboral. Al no tener este reconocimiento no tienen derecho a que esas horas les sean pagadas (las que tardan en llegar a su destino), ni que cuenten en el cobro como kilometraje y tengan derecho a dietas por alimento.

Por el contrario los operarios entienden que su centro de trabajo no debería ser el monte, si no donde se ubique físicamente la empresa para la que trabajan, y que una vez reunidos allí, saldrían para el monte de destino 'corriendo' desde ese momento el contador de las horas laborables. Esto conllevaría cobrar, además de las ocho horas de trabajo, media dieta por alimentos, lo que, a juicio de los contratadores -las empresas- encarecería extraordinariamente el producto y los servicios que prestan cuando no hay talas (trabajan en la limpieza de montes para el Gobierno de Cantabria cuando no hay corta).

Los empresarios consideran que el pago de dietas sólo se debe hacer cuando los trabajadores se trasladen al monte y esté a 60 kilómetros del lugar de salida o 45 minutos de trayecto en coche (actualmente se mueven en trasporte colectivo desde un punto de cita), lo que su juicio, según explica Jesús Cos, «60 kilómetros es salirte de Cantabria por la pequeña distancia de trayectos que hay en nuestra región». Quieren estos trabajadores de montes estar equiparados con sus compañeros que están en nómina del Gobierno de Cantabria para los que el horario de trabajo comienza a contar desde el momento en que se suben al coche que les conduce a los tajos.

Éste es, según Jesús Cos, el principal obstáculo para conseguir un acuerdo con la patronal, si bien hay otras peticiones pero que estarían dispuestos a rebajar. Explica este sindicalistas que los taladores están dispuestos a no cobrar el tiempo que emplean en volver desde el monte (cuando acaban el trabajo) a cambio de que los empresarios les paguen el tiempo que tardan en llegar desde el punto de reunión hasta el monte al que les envíen. Piden una subida del 5% del salario, las empresas ofrecen un 2,5%, «y esto no sería problema», señala Cos. Aseguran que están dispuestos a bajar sus pretensiones, no sólo en la revisión salarial, si no también en la petición de reducción de jornada en 30 horas al año, en su solicitud de un día más de vacaciones (ahora tienen 23 días naturales) y que no serían inflexibles en el pago de los pluses de peligrosidad, «pero no vamos a renunciar a la fijación de lo que es una jornada laboral para un talador de montes».

Han estado en cuatro ocasiones en el Orecla (Cos quiere agradecer a su responsable los esfuerzos que está haciendo) y han conseguido suavizar todos los aspectos menos la jornada laboral por lo que han acabado en desacuerdo. El representantes de Comisiones Obreras asegura que ellos están «deseando acabar la huelga».