EL DISCURSO OLVIDADO
Página 1 de 1.
EL DISCURSO OLVIDADO
DISCURSO DE HEBE DE BONAFINI EN EL ACTO QUE SE REALIZÓ EN LA EX- E.S.M.A
Hebe de Bonafini, Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Discurso por el 24 de marzo, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que los medios gráficos omitieron publicar.
“Queridos todos, amados míos, a todos ustedes que inundan este lugar
ganando esta batalla increíble de hacer un 24 de marzo en este lugar:
la vida le ganó a la muerte. Le ganamos, compañeros. Un 24 de marzo en
este lugar hace 33 años era impensado, hace 10 era impensado.
Cuando las Madres discutimos qué queríamos hacer aquí, inmediatamente
pensamos que tenía que ser un lugar donde todo el mundo, miles y miles,
vinieran a inundarlo de amor, de alegría, de vida, de esperanza, de
revolución. Y esto es posible gracias a Néstor y Cristina Kirchner.
Gracias compañeros, gracias por haber puesto en nuestras manos este
lugar. Gracias por haber permitido que los asesinos, lenta pero
inexorablemente, vayan a la cárcel.
Es verdad que trabajamos mucho para eso pero sin esta posibilidad, sin
la anulación de las leyes de perdón y de indulto, no habría posibilidad
de juicio. Por eso gracias, otra vez, a esta mujer y a este hombre que
nos dieron esta luz de esperanzas. Falta mucho por hacer, es cierto,
pero tenemos la responsabilidad de construir este país nosotros. Está
en nuestras manos hacerlo mejor.
Para mejorar el país, para que todo vaya bien, hay que poner el cuerpo,
el hombro, el cuero, la cabeza. Los que hoy están al borde de las rutas
son los mismos de la Sociedad Rural que hicieron la dictadura. Y lo
hacen un 24 de marzo, el año pasado y éste, no es casualidad. Ellos no
pueden entrar por los votos porque nadie los va a votar pero que se
presenten si son machos y tienen bolas, a ver si los votan.
No hay que permitir que quieran entrar por la ventana, porque es de la
única manera que ellos saben entrar al Poder. Estamos dándole una
batalla: es la primera vez que se nos permite discutir qué país
queremos, y queremos el país que soñaban nuestros hijos.
Y por eso, basta de pelotudos que dicen ‘ay, yo me voy porque como a mí
no me dieron lo que quería, entonces me retiro, no soy más
kirchnerista’. Que se vayan, al carajo. A uno le da asco escuchar
algunas declaraciones. No hablo del enemigo, estoy hablando de algunos
que parecían que estaban de este lado y que siempre andan salpicando a
ver qué les toca. Las Madres decimos siempre que tenemos que luchar
para los otros, no para nosotros. Hasta la victoria, compañeros. Es
verdad. Hasta la victoria…
Aquí está la Embajadora de Bolivia, la gente de la Embajada de Cuba:
dos países que son ejemplo. Gracias Evo por lo que estás haciendo.
Gracias, querido Evo. Y gracias, también, al pueblo cubano que nos
enseñó a vivir con un bloqueo impresionante. Aún acá todavía no pasó
nada y ya los ricos dicen ‘ay, no podemos comprar las carteras vuitton
ni cuatro frascos de perfumes francés’. Claro, esa es la pobreza de
ellos. Entonces se quejan todo el día.
Y todo este tema de la inseguridad, tan manijeado por los canales de
televisión, que da repugnancia. A noche, a la noche, estaban todos los
fachos, habían copado los canales. Y yo le decía recién a Tristán
(Bauer) ‘¿Qué hace Canal 7 que a esa hora no pone algo diferente’? o
¿vamos a tener que agarrar un canal las Madres?. Tristán te vamos a
agarrar el canal, ¿qué querés que te diga? Anoche tenía bronca yo, cómo
puede ser que tengamos cinco fachos hablando pelotudeces porque,
vieron, ahora todos son opinólogos: todos saben, todos dicen.
Por eso estar aquí es una batalla increíble. 32 años nos costó. Es
mucho para los que son jóvenes para los que, como nosotras, tenemos
entre 80 y 95 años no es nada. 30 años, pibes, no es nada.
Estamos, realmente, agradecidísimas a Teresa Parodi que dirige este
centro de una manera maravillosa, a toda la gente que la acompaña, a
todos los que vinieron estos días de ‘Pasión y Lucha’. Las Madres somos
apasionadas, luchamos con pasión, decimos las cosas con pasión, les
cerramos el pico a los que hablan boludeces. Sí, se los cerramos, por
qué no.
Le dimos letra a muchos programas de éstos, de cuarta. Anoche un médico
decía que la gente va apurada a la casa y se encierra porque le han
metido el miedo que la van a robar, que la van a pisar, que hay gente
mala. Entonces llega a la casa como loco, se cambia y se sienta en el
sillón y se pone a ver la televisión y eso es lo que enferma: la
televisión. Apaguemos la televisión, compañeros. Apaguemos la
televisión y cuando Canal 7 ponga lo que queremos, pongamos Canal 7.
Bueno, a las dos de la tarde, los sábados, tienen que ver el programa
de las Madres, a las dos de la tarde los sábados eso sí, préndalo a esa
hora.
Compañeros, esto aunque a algunos les cae pesado, para mí es una
fiesta. La fiesta del amor, de la revolución, de la esperanza, la
fiesta de que podemos hacer un país diferente, que hay que apoyar a
este Gobierno de Cristina porque mejor que esto no hay nada, sino
miremos para atrás. Miremos cómo les jode: están reuniéndose los
obispos con los Duhalde. ¡Qué junta, Dios me libre y me guarde! Si se
llegan a morder la lengua se envenenan estos hijos de puta, cuando se
reúnen Duhalde con los obispos, imagínense ustedes.
Están todos muy enojados porque la Presidenta tiene agallas, es clara,
es firme. Ya sé, van a decir ‘Hebe se convirtió a kirchenerista’. ¿Y
qué? Estoy más allá de eso y más. Me puedo convertir en lo que quiero.
Porque le demostré a este país que la lucha por la vida, la lucha por
la Justicia, la lucha por la salud, por erradicar las villas, está en
manos de las Madres. ¿Qué más nos van a pedir? Tenemos derechos a
convertirnos en lo que queremos, carajo, por qué no. Y vamos a defender
a este Gobierno a capa y espada, ojito los que cortan el campo. Todavía
no nos conocieron a las Madres.
Gracias Cristina, gracias Néstor por darnos esta oportunidad y por
hacernos creer que todavía es posible un país casi revolucionario, casi
socialista. Así estamos, así queremos y así luchamos porque estamos
convencidas que la unidad latinoamericana esta llegando, todos los
días.
Ya estamos preparando el Banco del Sur, la Universidad del Sur, las
Escuelas del Sur, la Televisión del Sur: estamos uniéndonos. El gigante
se cayó a pedazos, el Norte está hecho mierda y nosotros acá, peleando
y luchando, con esperanzas. Estamos muy esperanzados, compañeros, que
se puede. Estamos convencidas. Cuando entramos acá, el primer día, le
dije a Teresa que el 30 de abril inauguramos y me dice ‘Hebe, no
tenemos nada’, y cuándo las Madres esperamos tener para inaugurar. Sin
nada, cada uno traía su pincel y su pintura y así desembarcamos y a un
año, estamos acá, diciéndonos esto. Miles y miles de personas. Está
hasta la calle.
Gracias compañeros por haber venido a este lugar, por haber bendecido
este lugar con su presencia, con sus aplausos. Gracias a todos los
grupos que actuaron, a todos los grupos que cantaron: le dieron la
bendición a este lugar. Tenemos que ser miles que lo llenemos porque
aquí, todavía, falta mucho por hacer. Los vamos a ir sorprendiendo.
Ideas, tenemos muchas. Yo me levanto todos los días con esta cabeza
llena de ideas, a veces me parece que la sangre se me escapa por las
muñecas. Cuando hablo así de fuerte me mareo, me parece que no tengo
más nada adentro. Que estoy convulsionada, estoy emocionada,
apasionada, siento que hay un huracán dentro mío y ese huracán son mis
amadísimos hijos: los 30.000 que me impulsan, que me acompañan, que me
dicen ‘dale vieja’.
Y aquí estamos: firmes, duras, seguras de lo que estamos haciendo.
Hasta la victoria, siempre todos los días, todas las horas y todos los
momentos. Hasta la victoria, siempre. Gracias”
Hebe de Bonafini, Presidenta de la Asociación Madres de Plaza de Mayo.
Discurso por el 24 de marzo, en el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), que los medios gráficos omitieron publicar.
“Queridos todos, amados míos, a todos ustedes que inundan este lugar
ganando esta batalla increíble de hacer un 24 de marzo en este lugar:
la vida le ganó a la muerte. Le ganamos, compañeros. Un 24 de marzo en
este lugar hace 33 años era impensado, hace 10 era impensado.
Cuando las Madres discutimos qué queríamos hacer aquí, inmediatamente
pensamos que tenía que ser un lugar donde todo el mundo, miles y miles,
vinieran a inundarlo de amor, de alegría, de vida, de esperanza, de
revolución. Y esto es posible gracias a Néstor y Cristina Kirchner.
Gracias compañeros, gracias por haber puesto en nuestras manos este
lugar. Gracias por haber permitido que los asesinos, lenta pero
inexorablemente, vayan a la cárcel.
Es verdad que trabajamos mucho para eso pero sin esta posibilidad, sin
la anulación de las leyes de perdón y de indulto, no habría posibilidad
de juicio. Por eso gracias, otra vez, a esta mujer y a este hombre que
nos dieron esta luz de esperanzas. Falta mucho por hacer, es cierto,
pero tenemos la responsabilidad de construir este país nosotros. Está
en nuestras manos hacerlo mejor.
Para mejorar el país, para que todo vaya bien, hay que poner el cuerpo,
el hombro, el cuero, la cabeza. Los que hoy están al borde de las rutas
son los mismos de la Sociedad Rural que hicieron la dictadura. Y lo
hacen un 24 de marzo, el año pasado y éste, no es casualidad. Ellos no
pueden entrar por los votos porque nadie los va a votar pero que se
presenten si son machos y tienen bolas, a ver si los votan.
No hay que permitir que quieran entrar por la ventana, porque es de la
única manera que ellos saben entrar al Poder. Estamos dándole una
batalla: es la primera vez que se nos permite discutir qué país
queremos, y queremos el país que soñaban nuestros hijos.
Y por eso, basta de pelotudos que dicen ‘ay, yo me voy porque como a mí
no me dieron lo que quería, entonces me retiro, no soy más
kirchnerista’. Que se vayan, al carajo. A uno le da asco escuchar
algunas declaraciones. No hablo del enemigo, estoy hablando de algunos
que parecían que estaban de este lado y que siempre andan salpicando a
ver qué les toca. Las Madres decimos siempre que tenemos que luchar
para los otros, no para nosotros. Hasta la victoria, compañeros. Es
verdad. Hasta la victoria…
Aquí está la Embajadora de Bolivia, la gente de la Embajada de Cuba:
dos países que son ejemplo. Gracias Evo por lo que estás haciendo.
Gracias, querido Evo. Y gracias, también, al pueblo cubano que nos
enseñó a vivir con un bloqueo impresionante. Aún acá todavía no pasó
nada y ya los ricos dicen ‘ay, no podemos comprar las carteras vuitton
ni cuatro frascos de perfumes francés’. Claro, esa es la pobreza de
ellos. Entonces se quejan todo el día.
Y todo este tema de la inseguridad, tan manijeado por los canales de
televisión, que da repugnancia. A noche, a la noche, estaban todos los
fachos, habían copado los canales. Y yo le decía recién a Tristán
(Bauer) ‘¿Qué hace Canal 7 que a esa hora no pone algo diferente’? o
¿vamos a tener que agarrar un canal las Madres?. Tristán te vamos a
agarrar el canal, ¿qué querés que te diga? Anoche tenía bronca yo, cómo
puede ser que tengamos cinco fachos hablando pelotudeces porque,
vieron, ahora todos son opinólogos: todos saben, todos dicen.
Por eso estar aquí es una batalla increíble. 32 años nos costó. Es
mucho para los que son jóvenes para los que, como nosotras, tenemos
entre 80 y 95 años no es nada. 30 años, pibes, no es nada.
Estamos, realmente, agradecidísimas a Teresa Parodi que dirige este
centro de una manera maravillosa, a toda la gente que la acompaña, a
todos los que vinieron estos días de ‘Pasión y Lucha’. Las Madres somos
apasionadas, luchamos con pasión, decimos las cosas con pasión, les
cerramos el pico a los que hablan boludeces. Sí, se los cerramos, por
qué no.
Le dimos letra a muchos programas de éstos, de cuarta. Anoche un médico
decía que la gente va apurada a la casa y se encierra porque le han
metido el miedo que la van a robar, que la van a pisar, que hay gente
mala. Entonces llega a la casa como loco, se cambia y se sienta en el
sillón y se pone a ver la televisión y eso es lo que enferma: la
televisión. Apaguemos la televisión, compañeros. Apaguemos la
televisión y cuando Canal 7 ponga lo que queremos, pongamos Canal 7.
Bueno, a las dos de la tarde, los sábados, tienen que ver el programa
de las Madres, a las dos de la tarde los sábados eso sí, préndalo a esa
hora.
Compañeros, esto aunque a algunos les cae pesado, para mí es una
fiesta. La fiesta del amor, de la revolución, de la esperanza, la
fiesta de que podemos hacer un país diferente, que hay que apoyar a
este Gobierno de Cristina porque mejor que esto no hay nada, sino
miremos para atrás. Miremos cómo les jode: están reuniéndose los
obispos con los Duhalde. ¡Qué junta, Dios me libre y me guarde! Si se
llegan a morder la lengua se envenenan estos hijos de puta, cuando se
reúnen Duhalde con los obispos, imagínense ustedes.
Están todos muy enojados porque la Presidenta tiene agallas, es clara,
es firme. Ya sé, van a decir ‘Hebe se convirtió a kirchenerista’. ¿Y
qué? Estoy más allá de eso y más. Me puedo convertir en lo que quiero.
Porque le demostré a este país que la lucha por la vida, la lucha por
la Justicia, la lucha por la salud, por erradicar las villas, está en
manos de las Madres. ¿Qué más nos van a pedir? Tenemos derechos a
convertirnos en lo que queremos, carajo, por qué no. Y vamos a defender
a este Gobierno a capa y espada, ojito los que cortan el campo. Todavía
no nos conocieron a las Madres.
Gracias Cristina, gracias Néstor por darnos esta oportunidad y por
hacernos creer que todavía es posible un país casi revolucionario, casi
socialista. Así estamos, así queremos y así luchamos porque estamos
convencidas que la unidad latinoamericana esta llegando, todos los
días.
Ya estamos preparando el Banco del Sur, la Universidad del Sur, las
Escuelas del Sur, la Televisión del Sur: estamos uniéndonos. El gigante
se cayó a pedazos, el Norte está hecho mierda y nosotros acá, peleando
y luchando, con esperanzas. Estamos muy esperanzados, compañeros, que
se puede. Estamos convencidas. Cuando entramos acá, el primer día, le
dije a Teresa que el 30 de abril inauguramos y me dice ‘Hebe, no
tenemos nada’, y cuándo las Madres esperamos tener para inaugurar. Sin
nada, cada uno traía su pincel y su pintura y así desembarcamos y a un
año, estamos acá, diciéndonos esto. Miles y miles de personas. Está
hasta la calle.
Gracias compañeros por haber venido a este lugar, por haber bendecido
este lugar con su presencia, con sus aplausos. Gracias a todos los
grupos que actuaron, a todos los grupos que cantaron: le dieron la
bendición a este lugar. Tenemos que ser miles que lo llenemos porque
aquí, todavía, falta mucho por hacer. Los vamos a ir sorprendiendo.
Ideas, tenemos muchas. Yo me levanto todos los días con esta cabeza
llena de ideas, a veces me parece que la sangre se me escapa por las
muñecas. Cuando hablo así de fuerte me mareo, me parece que no tengo
más nada adentro. Que estoy convulsionada, estoy emocionada,
apasionada, siento que hay un huracán dentro mío y ese huracán son mis
amadísimos hijos: los 30.000 que me impulsan, que me acompañan, que me
dicen ‘dale vieja’.
Y aquí estamos: firmes, duras, seguras de lo que estamos haciendo.
Hasta la victoria, siempre todos los días, todas las horas y todos los
momentos. Hasta la victoria, siempre. Gracias”
Marcela- Cantidad de envíos : 150
Fecha de inscripción : 03/12/2007
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.