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Nicaragua ||| ¿Qué reclaman los cañeros al Grupo Pellas?

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Nicaragua ||| ¿Qué reclaman los cañeros al Grupo Pellas? Empty Nicaragua ||| ¿Qué reclaman los cañeros al Grupo Pellas?

Mensaje  El Muerto Mar Jul 21, 2009 10:30 pm


http://contrarruido.blogspot.com/2009/06/que-reclaman-los-caneros-al-grupo.html

A quinientos metros del Complejo Pellas, ese edificio que tiene el logo
del BAC a lo alto y centrado de la fortaleza en Carretera a Masaya, a
muchos metros de este sitio comercial, si recorremos hacia el norte
cruzando la Rotonda Rubén Darío y tocamos «Suelo Santo»; ahí, a la par
de la catedral nueva de Managua, se encuentra acampando desde el mes de
marzo la Asociación de ex trabajadores del Ingenio San Antonio, los
cuales sufren insuficiencia renal crónica e intoxicación en la sangre
(ANAIRC), intoxicación producida por la exposición que tuvieron estas
personas a los agroquímicos utilizados en la plantación de caña.
Si querés saber más, te puedo hacer una breve reseña…

Un ingenio visto desde adentro

Tuve la oportunidad de conocer a personas que trabajaron en el sector
del corte de caña, a las cuales se les conoce como paileros, uno de los
tantos gremios laborales dentro de la empresa. El pailero es aquella
persona —generalmente varón— dedicada al corte de caña.En el ingenio se
trabaja por temporada, a la que llaman zafra (la temporada de
producción). Esta tiene una duración de seis meses —de noviembre a
mayo—. Me cuentan mis entrevistados que después de este período algunos
trabajadores quedaban contratados para otras labores del procesamiento
del producto; los que no lograban contrato buscaban otro trabajo
asalariado de temporada en algún lugar del país o sembraban sus propias
tierras, y así el ciclo laboral… Seis meses después eran contratados
nuevamente; si no estaban enfermos, por supuesto.

En la institución ha trabajado y sigue trabajando gente de todos los
departamentos de Nicaragua. Los testimonios fueron emitidos por
personas que trabajaron desde los años sesenta.

Pasó lo que se esperaba
(La historia se repite… frase trillada pero no obsoleta).

El famoso y re-contra conocido Ingenio San Antonio, empresa propiedad
de Nicaragua Sugar Estates Ltd., perteneciente al Grupo Pellas, en años
anteriores estratégicamente tenía dentro de sus instalaciones una
ciudadela donde vivían muchos trabajadores.
Existe y persistirá por un siglo más el recuerdo de la tragedia.
Misteriosamente tuvieron que retirar del sector a todo el personal que
vivía ahí. Sacaron a la población y la mandaron a un reparto de
Chichigalpa llamado Candelaria.

Pequeño recuento de la crisis

La verdad es que estalló una crisis debido a la contaminación de las
aguas y mucha gente comenzó a sospechar que todos esos males que los
aquejaban eran producto de la exposición a los pesticidas; pero nadie
les había advertido nada. Leche materna estropeada por el veneno de
esos químicos, la circulación sanguínea completamente envenenada, la
desesperación por los achaques y los vómitos; nadie sabía nada.
Insuficiencia renal crónica…
A nadie se le advirtió nada. Para los trabajadores, laborar para la
familia Pellas significaba ganar mejor que en cualquier otro lugar;
pero la necesidad salió cara. Los cañeros hacen la equivalencia: «Un
riñón puede costar 25 mil dólares». La pregunta es: ¿Cada uno del
cachimbo de afectados estará en condición de darse este lujo?
Hasta parece que estuviéramos contando un chiste. De esos que no divierten.

1996, fecha crucial para ANAIRC.

Este año estalló el problema.
Esto no quiere decir, claro está, que antes no se miraran estas cosas, pero fue en esta fecha que se hizo evidente la desgracia.
Y 1998 fue el año en que el consorcio Pellas les encontró un nuevo lugar a los desdichados, para acallar el conflicto.
No se reportó el envenenamiento, pero existe algo más interesante.
Las comunidades indígenas del Pacífico centro y norte del país se enteraron de estos acontecimientos. Y están organizadas.

Estas comunidades indígenas constituyen otro grupo social que se opone
a las políticas del consorcio. Ellas están en desacuerdo con la
ocupación despiadada de tierras fértiles que hacen estos empresarios
para llenarse los bolsillos. Luego de la Declaración Internacional de
los Derechos Indígenas, está muy clara la prohibición al deterioro del
territorio indígena.
Como ven, es ya un sector muy amplio el que rechaza las políticas
económicas internas de esta empresa productora del ron Flor de Caña, de
agrocombustible, azúcar, productos farmacéuticos, de limpieza, entre
muchos otros.

Infra-orgullo, pasada de cuenta

Pisoteados (as) por la familia más prominente del país, vulgariados por
los burócratas que atienden y administran el ingenio, enajenados física
y moralmente por nuestra cobardía; los (as) cañeros (as) y sus familias
llevan a tuto la cruz de la miseria, desprotección y humillación
pública.
¿Será posible que la familia Pellas crea en algo más grande que no sea
ella misma y su imperio de trabajo que también es miseria para la
población obrera y agricultora nicaragüense, que son personas
desechables dentro de estos sistemas económicos?
¿Será que se les conmueva el corazón y su conciencia ahora que son
virtuales protagonistas de la masacre que sufre nuestro pueblo por
culpa de los agroquímicos que su empresa no deja de utilizar?

¿Acuerdos 2005?
Sí… Existen desde entonces acuerdos fuertes y bien firmes.
Después de estas muertes y enfermedades colectivas que no solo
afectaron a los trabajadores, sino a la población circundante, se formó
una comisión institucional por parte del Gobierno a partir de los
reclamos efectuados por los afectados. En esta comisión participó el
Ministerio del Trabajo (Mitrab), avalando la Ley 456, que agregó la
insuficiencia renal crónica (IRC) a la lista de enfermedades laborales
de nuestro Código del Trabajo; el Instituto Nicaragüense de Seguridad
Social (INSS) y el Ministerio de Salud (Minsa), donde doña Margarita
Gurdián estuvo monitoreando el problema de la salud; también se
involucraron el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria
(INTA) y el Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor).

Se consiguió un acuerdo con los empleadores, aunque no se logró todos
los objetivos en calidad de reclamo. Después de formalizar esos
acuerdos se obtuvo:

* La seguridad social.
* El chequeo de la salud una vez que eran despedidos por no cumplir con
los requisitos para trabajar. Ahí es donde se logró conseguir (poco,
peor es nada) el reactivo químico con que les hacen la prueba de sangre
para medir el avance de la IRC. Además, testimonios de ellos mismos
aseguran que en Chinandega a algunos afectados se les está practicando
diálisis. También están obteniendo medicamentos, aunque es muy difícil
conseguir una de las inyecciones que se les aplica para prolongar su
vida; este medicamento se llama hiltroproectina y es muy caro.

¿Qué hace falta?

Los(as) afectados(as) por IRC, sus viudas y viudos, padres de familia
que tienen hijos fallecidos no quieren repetir reuniones donde se
redunde los acuerdos, por lo que ya se han cumplido algunos. El
objetivo es reclamar tres cosas más que se habían planteado en el 2005
y no se han conseguido.

1. Sobre todo y lo que se necesita inmediatamente es una pronta
INDEMNIZACIÓNa los familiares de los fallecidos y sobrevivientes
enfermos(as) que trabajaron bajo condiciones de exposición a los
agroquímicos que controlan las plagas en las plantaciones de caña.

2. Que la propuesta de salud cubra a toda la familia y no sea sólo
a nivel individual. Y aunque parece ser que este punto ya lo está
atendiendo el consorcio, pues están preparando el proyecto de un
hospital para las personas afectadas, éstas se preguntan: ¿Bastará con
tener un hospitalito donde llegar a morir? Y ¿qué pasará con mis hijos
e hijas, nietos y nietas?

3. El tercer punto es el más difícil, puesto que los culpables de
estas desgracias no se quieren sentar a negociar; pero los(as) ex
trabajadores(as) del ingenio pretenden llegar a acuerdos que permitan
sentar las bases para una nueva reducción de pesticidas.

AH… Pero hay algo que los medios de comunicación masivos nunca mencionaron

Desde los primeros intentos por hacer justicia —vistos casi como una
súplica—, este gremio laboral logró plantear los niveles de toxicidad
que emanaba ese ingenio. Aseguraron que de los 27 pesticidas que se
llegaron a utilizar en la plantación, se redujo a 17; y un intento más
logró la reducción a 12 tipos de pesticida.
¡Por favor! ¡Todavía quedan 12 enemigos de la vida!

Más información

Queda mucha energía para más reflexiones, pero la precisión de estos
datos cualquier persona interesada la puede encontrar en CISAS y la
Rel-UITA, que es el organismo no gubernamental que les ha brindado
mayor cobertura por medio del periodismo comprometido, apoyándose en
metodologías investigativas con que le han dado seguimiento detallado
al hecho.
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