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Macarena Gelman y cuando vivir vale la pena.

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Macarena Gelman y cuando vivir vale la pena. Empty Macarena Gelman y cuando vivir vale la pena.

Mensaje  El Muerto Vie Mayo 29, 2009 10:56 pm

“Tengo todo el derecho del mundo a saber lo que pasó, nadie me lo puede cuestionar y por eso cuento”
Por Walter Cruz
Se cumplía la 14ª Marcha del Silencio y cada quien andaba con sus emociones, recuerdos y esperanzas
queridas a flor de piel.
Allí EL POPULAR había quedado de encontrarse con Macarena. La multitud hacía difícil la tarea. La
llamamos a su celular y nos dijo que no se había olvidado, que esperáramos un poquito.
Pasaron algunos minutos y apareció la bolilla que faltaba: Amaral García le dejó la cámara de TV
Ciudad a una muchacha y se comunicó con Macarena. “La están saludando y ya viene”, nos dijo. La
esperamos al pie de la Estatua a la Libertad y apareció sonriente.
Mientras íbamos rumbo a algún banco de la Plaza Cagancha le aclaramos que no insistiríamos con
preguntas que ella no quisiera responder. Pero quiso.
Mirada profunda, ojos vivarachos, tez clara y sonrosada y por momentos alguna fuerte risotada. El
cielo de Montevideo está seminublado y hay una temperatura inusual para la época.
Aunque su caso es eminentemente político, la charla rondó más por las cotidianidades de la vida. Una
vida que hace nueve años tuvo que hacerle algunos “ajustes”, cuando se enteró que no era María
Macarena Tauriño: era María Macarena Gelman García Irureta Goyena.
“Fui una niña feliz con unos papás un poco mayores” - ¿Qué recuerdos tenés de tu infancia? - Mi vida
cuando era niña fue como la vida de cualquier niño. No tuvo ninguna particularidad. Fui una niña feliz,
iba al colegio, tenía otras actividades.
Estudiaba guitarra, cerámica, me gustaba mucho andar en bicicleta, pero no llegué a ser ciclista (risas).
Hice inglés… En realidad una vida normal. La única particularidad es que tenía unos papás un poco
mayores. Desde los cinco años hasta los dieciocho fui al colegio Clara Jackson de Heber.
- Vos ahora tenés 32 años, o sea que estamos hablando de hace 14 años atrás. En esa época, ¿tenías
inquietudes sociales o algo por el estilo? - Sí. Más que nada en el colegio.
Hacíamos apoyo escolar en un barrio.
A mí me gustaba mucho, de hecho entré al grupo que hacía esa tarea. No fue una actividad que se
pudo sostener en el tiempo, pero me gustó mucho y realmente disfrutaba. Hice actividades en la
facultad, en el centro de estudiantes.
- ¿Seguís estudiando? - Sí y no. Hasta el año pasado estaba haciendo Bioquímica. Ahora dejé y fui a
probar a Ciencias Sociales y me gusta. El problema es que me gusta todo. Pero no estoy en este
momento en condiciones de dedicarle demasiado tiempo a algo. Se me hace difícil.
- Y además trabajas.
- Claro. No sé si voy a seguir Ciencias Sociales o si voy a retomar Bioquímica.
- Nos dijiste que estudiabas guitarra, ibas a los bailes, ¿qué música te gustaba y qué te gusta? - Toda.
Pasé por distintas etapas.
Ahí a los comienzos había una música más o menos electrónica. Que eran grupos que no tienen nada
que ver con los de ahora. Me gustaba eso, el rock… siempre fui muy amplia. Lo que más tiempo me
gustó fue el rock and roll y no es que lo haya dejado: fui ampliando mis gustos. De repente no estoy al
tanto de lo más nuevo, capaz que me quedé un poco en los años. La música popular, el tango… Lo que
no me gusta mucho es la cumbia.
“Cuando mi mamá Esmeralda me dijo que no era hija de ellos quedé shockeada” - ¿Cuáles fueron tus
primeros nombres y apellidos? - Mis nombres los mismos: María Macarena. Y el apellido era Tauriño.
- ¿Cómo te enteraste de tu real identidad? - A raíz de la búsqueda de mi abuelo, a mis 23 años… -
Pero, ¿quién te lo dijo? - Mi mamá Esmeralda me dijo que no era hija de ellos. El obispo Monseñor
Galimberti fue mediador y me contó cómo realmente habían sido las cosas.
Lo primero que tenía que saber me lo dijo mi mamá.
- Tu papá adoptivo, ¿vivía en ese momento? - No, ya había muerto.
- Para vos debe haber sido muy fuerte. ¿Cuál fue tu reacción? - Estaba shockeada, muy conmovida
porque era todo nuevo para mí.
Era difícil, me enfrentaba a cosas que no conocía. Pero no tuve reacciones agresivas, ni de gran
malestar. De a poquito me fui informando, enterándome, tomando contacto con todo.
- Los casos de muchachos y muchachas como vos, hijos de detenidos desaparecidos, son todos
distintos, sin embargo la pregunta es la misma: ¿cómo quedó tu relación con esos padres que no eran
tus padres? - Tenía y tengo buena relación.
Como ya dije mi papá falleció, pero hasta el último minuto tuve buena relación.
No tengo ningún sentimiento de rechazo hacia él, siempre dije que lo quise y lo sigo queriendo igual.
Con mi mamá pasa exactamente lo mismo.
- ¿En algún momento sospechaste algo? - No, nunca, jamás.
La vida y los afectos compartidos entre Uruguay, Argentina, México y España - Y al final conociste a
Juan Gelman.
- Sí, acá en Montevideo. El viajó desde México para conocerme, luego de que me lo habían dicho, y
nos tomamos muestras para un examen de sangre. Poco tiempo después conocí a mi abuela paterna
Berta Schubaroff, que vive en Buenos Aires. Y un poco más lejos a mi abuelo y mi tío materno.
Viven en España y a veces duele un poquito que se olviden de ellos. Porque son tan abuelos como los
otros.
- Tenés razón. Contanos quiénes son.
- Mi abuelo materno es Juan Antonio García Irureta Goyena y mi tío es Alejandro. Mi abuela materna
María Eugenia Casinelli, lamentablemente falleció sin poderme encontrar y nunca se enteró que yo
había aparecido.
- ¿Conoces Orletti? - Por fuera. Fui y tomé algunas fotografías.
Casi enseguida que me enteré, al poco tiempo de ir a Argentina. Por adentro no he podido conocerlo,
pero… No sé si decir que me gustaría, pero es algo que quisiera.
- Si te encontraras frente a frente con alguno de los represores que actuaron allí, ¿le dirías algo? -
Conversaría. Tendría muchísimos temas para hablar. (risas) - ¿Cómo te considerás?, ¿Macarena es
uruguaya, argentina? - Macarena es argentina y es uruguaya.
- ¿Te has planteado irte a vivir a Argentina? - No lo descarto. En este momento mi vida transcurre
aquí, acá tengo mis afectos. Tengo muchos afectos en Argentina, viajo muy seguido. Voy todos los
meses y a veces más de una vez.
- Lo sabemos. Cada vez que te hemos llamado estás viajando.
- (risas) Sí. Es una vida compartida.
La verdad es que tengo gente que quiero mucho en Argentina. Familia y amigos que se han ido
sumando a lo largo de estos años. Ha sido realmente muy lindo. Además el gobierno argentino ha
tenido una gran actitud conmigo.
Ha apoyado siempre la búsqueda de mi mamá. Realmente ha estado comprometido con esto, más allá
que toda mi familia es argentina. Realmente me siento cómoda.
- Y Patiño Meyer, como todos los años, estuvo en la Marcha del Silencio.
- Sí, sí. La verdad es que lo aprecio muchísimo. Es una muy buena persona el embajador.
“Saber la realidad es muy bueno” - En la Universidad cuando se lanzó la Fundación Zelmar Michelini
te planteamos la posibilidad de una nota y aceptaste inmediatamente. ¿No te jode andar contando esta
historia? - No, porque sin dudas es una causa justa. Tengo todo el derecho del mundo a saber qué pasó.
Nadie me lo puede cuestionar. El tema de contar me nace. No es una cosa que pensé
premeditadamente, “bueno, ahora voy a empezar a contar”. Cuando presenté el juicio de filiación, ahí
se generó todo un movimiento que me sacó un poco del aislamiento que tenía de lo que era público. Es
algo que uno a veces tiene ganas, a veces no. Trato de manejarlo en base a lo que siento.
- Y en estos nueve años has ido rearmando tu vida.
- Sí. La identidad se construye a lo largo de la vida y hubo que hacer varios ajustes (risas). Pero bueno,
creo que en realidad saber es muy bueno.
En ningún momento pensé que hubiera preferido no saber. La suerte que he tenido es que todo se ha
podido ir dando en una forma muy natural. No me he dejado presionar y tampoco han tratado de
presionarme conscientemente.
Pero a veces actitudes que no se las imaginan significan una presión.
En general traté de no actuar bajo presión y de hacer lo que sentía.
- Con ese carácter dulce y fuerte a la vez… - Bueno, eso de carácter fuerte tendríamos que
preguntárselo a los que me conocen. Pero a los que me conocen bien (carcajada).
El mayo uruguayo para los hijos de detenidos desaparecidos del Río de la Plata - Participaste en la
campaña de recolección de firmas y ahora por el SI a la anulación de la Ley de Caducidad en octubre.
- Apoyo totalmente. La Coordinadora, con sus dificultades, hizo un gran trabajo. Que me parece
fundamental y que por eso estamos en esta situación de poder poner a consideración del pueblo
uruguayo esta ley que tanto daño nos ha hecho.
- La semana pasada fue una semana de muchas emociones. La marcha, los homenajes en la
Intendencia, en el Solís y luego en Maldonado a ustedes. A los once jóvenes uruguayos y argentinos.
- Fue un golpe emocional bastante fuerte. Fue muy lindo. Lo que rescato es que pasamos muy bien.
Más allá de las tristezas y las alegrías de cada uno, estamos muy conformes. Uno lo que puede hacer es
compartir lo que vive y en la medida que eso sirva y haga bien a otros – además de a uno por supuesto
–, vale la pena
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